Así lo confirman todos los datos recientes, incluida la señal alentadora de Vinitaly en Verona: el vino sigue siendo el buque insignia de Italia, que a pesar de la crisis mantiene su primacía. Así lo certifica también una entrevista con el presidente de Masi Agricola y Federvini, Sandro Boscaini, publicada por Teleborsa, durante la cual el presidente de los productores de vino recordó que Italia es insuperable por la gran variedad de productos que presenta en el mundo: " El sector, por tanto, debe ser primario, y lo es, pero hay que contextualizarlo en un país que lucha por salir de esta crisis”.
¿Qué puede hacer el Gobierno para apoyar a este sector estratégico? “Pedimos al Gobierno que simplifique: estamos desbordados por leyes, por un sistema de lazos y trampas que realmente plantean serias dificultades en las operaciones, pero también en entender la sencillez y naturalidad de nuestro sector vinculado a la agricultura y al territorio”.
Según Boscaini, el sector vitivinícola necesita menos burocracia, es decir, no tener que amontonar papel sobre papel para demostrar la calidad de un vino; “necesitamos el mínimo para crear burocracia y el máximo para crear calidad”. En segundo lugar, Boscaini espera que Italia adopte una posición sobre el tema del euro, advirtiendo que el sector vitivinícola, así como la economía en general, sufre la sobrevaloración de la moneda única y la sufre desde hace demasiados meses, poniendo cadenas de suministro en dificultades y todos los actores aguas abajo de la producción. Como tercer punto, Boscaini pide al gobierno de Renzi apoyo en la promoción internacional.
Y toma como ejemplo a China, donde muchos no saben que Italia produce vino mientras conocen muy bien los vinos franceses. Allí, explica Boscaini, hay una fuerte promoción del producto de más allá de los Alpes, mientras estamos en el quinto, sexto lugar entre los países que abastecen a China. ¿Pueden la agricultura y el vino representar el motor de recuperación de nuestro país?. Según Boscaini son ciertamente uno de los volantes o quizás incluso el más evidente y fuerte y no sólo por los volúmenes, sino por la tradición que tiene y por el reconocimiento tanto en la calidad como en la originalidad de los productos y, esto es particularmente cierto para el vino.
