En plena crisis de gobierno de Conte II, cae el aniversario de otra de las tantas crisis vividas en nuestra historia republicana, incluso reciente. Era de hecho El 24 enero del 2008., hace trece años, cuando Romano Prodi, primer ministro que asumió el cargo el 17 de mayo de 2006 y que no completará su mandato de dos años, se presentó al Senado para confirmar su confianza en el ejecutivo. Prodi ese dia hace 13 años no recibio el fideicomiso en palazzo madama: como le ocurrió a Conte hace unos días (y como es costumbre), se presentó el día anterior, el 23, en la Cámara, obteniendo la confianza (con 326 sí y 275 no), pero luego cayó en el Senado. En esa dramática sesión, que significó efectivamente el fin de ese gobierno (permaneció en el cargo hasta mayo, dejando luego la batuta al centroderecha), el líder de Ulivo obtuvo 156 a favor, 161 en contra y 1 abstención.
Fundamentales para el resultado negativo fueron el voto contrario de dos de los tres senadores de la UDEUR (Ministro de Justicia Clemente Mastella, cuya dimisión el 16 de enero desencadenó la crisis, y Tommaso Barbato), y los senadores Lamberto Dini (Liberaldemócratas), Domenico Fisichella (independiente), Franco Turigliatto (Izquierda Crítica), Sergio De Gregorio (Italianos en el mundo ). El Senador Giuseppe Scalera (Liberal Demócratas) se abstuvo. También hay que recordar que la abstención en el Senado en su momento tuvo el efecto de votar en contra, no como hoy, lo que de hecho permitió que el Gobierno de Conte se mantuviera en pie pese a la abstención del grupo Italia Viva.
El mismo día, 24 de enero, Prodi subió al Quirinale a dimitir en presencia del entonces Presidente de la República, Giorgio Napolitano. Quien aceptó su dimisión y el 30 de enero encomendó un encargo "exploratorio" al presidente del Senado, Franco Marini. Sin embargo, no había nada que hacer y el 6 de febrero el Jefe de Estado decretó la disolución de las Cámaras. Desde entonces hubo un par de meses de agonía, en los que el gobierno caído se limitó a la actualidad, antes de entregar el relevo a un nuevo ejecutivo encabezado por el líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, quien asumió oficialmente el cargo el 8 de mayo de 2008.
