El suelo se ha elevado hasta 12 centímetros en 50 kilómetros cuadrados entre Mirandola y San Felice sul Panaro: este es el efecto impresionante causado por el terremoto del 29 de mayo que trajo destrucción y muerte a Emilia. Lo dice hoy el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología, que midió este desplazamiento en colaboración con el Cnr-Irea de Nápoles. Con una técnica llamada "Interferometría", los investigadores cuantificaron el efecto permanente debido a los temblores fuertes y superficiales, resultado similar al registrado tras el terremoto de L'Aquila, donde el desplazamiento del suelo fue de 15 centímetros. Un análisis satelital completo del suelo emiliano en el mes de mayo muestra una orientación de las deformaciones en dirección este-oeste.
Desafortunadamente, el estudio no pone punto y final a estos eventos. De hecho, el enjambre sísmico continúa y anoche hubo una decena de temblores (con una magnitud máxima de 2,9). Tal vez la situación se esté normalizando, tal vez no. “Es demasiado pronto para decir que estamos en el final – afirma Warner Marzocchi, gerente de Ingv – esperamos avanzar hacia una disminución lenta en la magnitud de los sismos, pero aún puede haber eventos de cierta importancia. Los días tranquilos aún pueden alternarse con días más inquietos".
