En medio de una tormenta económica y financiera, una brisa tranquilizadora sopla desde Bruselas. No se estudian planes para salvar a Italia, España o Chipre: este fue el mensaje lanzado a primera hora de la tarde por la Comisión Europea. La portavoz de la comisaria de Mercado Interior, Chantal Hugues, no tiene dudas: "Ciertamente no hay ningún rescate sobre la mesa, no es un tema que se esté discutiendo". Esta fue su respuesta durante una rueda de prensa sobre la crisis que afecta a los países periféricos de la Eurozona.
“Lo importante -añadió- es que las autoridades tomen las medidas necesarias en materia de consolidación fiscal. Y estamos confiados". Palabras que parecen marcar un nuevo e importante surco entre las autoridades comunitarias y las calificadoras estadounidenses. Casi como si quisiera decir que la agenda de Bruselas no cambia de acuerdo con las amenazas de rebaja del día. La calificación de Chipre ya ha sido recortada por Moody's y Standard & Poor's, mientras que Fitch permanece en el frente de amenazas por el momento. El mismo trato intimidatorio fue utilizado hace unos días contra España por parte de Moody's, que alardeó de la posibilidad de una rebaja. A estas alturas, los ojos de los inversores (y sobre todo de los especuladores) están puestos en Italia.
Finalmente, la portavoz de Hugues desmintió los rumores sobre una posible exención para Italia y España del pago de la cuota de ayuda a Grecia: los dos países "acordaron pagar la ayuda" a mediados de septiembre pese al aumento del coste del crédito. No obstante, se prevé “un mecanismo de compensación del incremento de costes”. Angel Gurria, secretario general de la OCDE, añadió entonces que las finanzas públicas italianas están "bajo control" y que nuestro país "está tomando las decisiones adecuadas para reducir el déficit".
