A la espera de la disposición de emergencia nacional que lanzará el Gobierno este martes, la voz de alarma la dio Vasco Errani, presidente de la Región Emilia-Romaña, la más golpeada por el violento seísmo de magnitud 5.9 en la noche del pasado sábado y domingo (y posteriormente por decenas de réplicas, aún en la noche entre el domingo y el lunes), con epicentro en la provincia de Ferrara: “Estos hechos no pueden recaer enteramente sobre los hombros de los territorios que ya los están sufriendo. La solidaridad debe ser desencadenada por todo el país y se lo repetiré claramente al Gobierno”. Pero, ¿cuántos, y cuáles, son los daños cuantificados actualmente?
Además de los -de inestimable valor- a viviendas y monumentos históricos y artísticos, se encuentran los relativos a empresas en todo el territorio afectado, zona caracterizada por un fuerte componente agrícola. A la espera de estimaciones más precisas, por la mañana el Coldiretti, tras una inspección sumaria inicial, anunció que "en el interior de la zona afectada por el epicentro del sismo se han producido decenas de derrumbes en edificaciones rurales con viviendas, establos, galpones, maquinarias e invernaderos dañados y daños estimados de aproximadamente 200 millones de euros".
Luego está el caso, significativo en cuanto símbolo de la economía local, de 400 ruedas de Grana Padano y Parmigiano Reggiano perdidas, que suponen un fuerte perjuicio económico, por el que el Consorcio Grana Padano había asumido inicialmente unas pérdidas totales de 250 millones de euros. “Un choque muy fuerte – comentó el director general del Consorcio, Stefano Berni – que comprometió gravemente las estructuras de numerosos almacenes junto con varios miles de toneladas de Grana Padano y Parmigiano Reggiano, que serán fundidos. Un daño muy fuerte que, sin embargo, no causó víctimas. Nos arremangaremos e inmediatamente empezaremos a trabajar para restablecer la situación lo antes posible, con el habitual espíritu constructivo y colaborador que nos corresponde".
