Entre abril y junio, el país transalpino no se movió. El crecimiento de la economía francesa fue cero (0,0%) en el segundo trimestre de 2011 tras un aumento del 0,9% en el primer trimestre. Así lo anunció el Instituto Nacional de Estadística de Francia (Insee).
El dato confirma una ralentización de la actividad, anticipada por los analistas, pero incluso superior a la esperada: el Banco de Francia había previsto un crecimiento del 0,2% en el segundo y tercer trimestre.
Según lo informado por Insee, el consumo disminuyó un 0,7%, frente al +0,4% del primer trimestre y la inversión, aunque en menor medida, disminuyó un +0,9%, frente al +1,2% de los primeros tres meses. La demanda interna final contribuyó negativamente al crecimiento del PIB (-0,2 puntos después de +0,5 puntos).
Hubo una fuerte caída en las importaciones que cayeron un 0,9% frente a un aumento del 3,1% en el primer trimestre, mientras que las exportaciones fueron nulas, frente al +1,8% a principios de año. Así, la balanza comercial hizo una contribución positiva al crecimiento del PIB (+0,3, después de -0,5 puntos).
La producción total de bienes y servicios se mantuvo estable en el segundo trimestre, luego de registrar un aumento de 1,4% en el primero. La producción manufacturera registró el mayor desplome desde el verano de 1968, cayendo un 0,6% (frente al +2,9% en los tres meses anteriores). Todos los sectores cayeron excepto el sector agroalimentario.
Sin embargo, no se esperaban datos demasiado buenos ya que Elysée se comprometió a reducir el déficit al 5,7% en 2011 y llevarlo al 4,6% en 2012 y al 3% en 2013. Pero con un crecimiento tan débil, será difícil mantenerse en línea.
El ministro de Economía, François Baroin, declaró en una entrevista radiofónica que Francia "se mantendrá en línea con el objetivo de crecimiento para 2011". El gobierno prevé un aumento del PIB del 2% este año y del 2,25% en 2012.
