El camino de Federica Mogherini, jefa de la Farnesina, hacia la sede del Alto Representante para la Política Exterior de la Unión Europea se hace cada vez más cuesta arriba. Según los últimos rumores de Bruselas, 10 u 11 países están en contra del nombre propuesto por el primer ministro Matteo Renzi. Se dice que el Frente No predominantemente oriental (dirigido, se dice, por Polonia) está preocupado, en primer lugar, por la cercanía del ministro de Asuntos Exteriores italiano con Moscú y, en segundo lugar, por su inexperiencia.
El partido de las candidaturas del nuevo equipo de gobierno de la Unión se disputará esta noche en Bruselas en una reunión extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno. También estará el recién elegido presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker, quien dijo ayer que aún no ha tenido ninguna comunicación oficial respecto a la candidatura de Mogherini.
Mientras tanto, en el Palazzo Chigi preparan el plan B. En caso de rechazo definitivo del actual ministro de Exteriores, Renzi estaría dispuesto a lanzar otro nombre, el de Massimo D'Alema. El diario La Repubblica escribe hoy, precisando que, sin embargo, incluso el ex primer ministro tendría dificultades para pasar, ya que no es apreciado por varias cancillerías europeas y por Estados Unidos por sus posiciones sobre Oriente Medio.
El presidente del Consejo de la UE, Herman Van Rompuy, ha sugerido una salida al callejón sin salida, que es nominar a Enrico Letta para el puesto de Alto Representante o el del propio Consejo: “Todo el mundo lo aceptaría al instante”. Pero el gobierno italiano se negó sin apelación: "Para mí es Mogherini o D'Alema", sentenció Renzi. Mientras tanto, muchos ya dan por sentado el nombramiento de la búlgara Kristaliana Georgieva como ministra de Asuntos Exteriores de la UE.
