Chrysler y la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de EE. UU. han resuelto las diferencias con respecto a la seguridad del Jeep Grand Cherokee 1993-2004 y el Jeep Liberty 2002-07.
Según el acuerdo alcanzado -explica la empresa de Detroit en una nota-, “Chrysler realizará una campaña voluntaria que incluirá, además de una inspección visual de los vehículos en cuestión, un ajuste de la estructura trasera del vehículo donde sea necesario para permitir mejor gestión de las fuerzas de impacto en impactos a baja velocidad”.
Los controles precisos del Grupo Chrysler confirman que los vehículos en cuestión no tienen defectos, pero se encuentran entre los más seguros de su categoría. No obstante, “Chrysler Group reconoce que el asunto ha generado preocupación entre sus clientes –continúa la nota– y pretende tomar medidas, en colaboración con Nhtsa, para aumentar aún más la seguridad de sus vehículos. Chrysler Group considera la seguridad una necesidad fundamental y no compromete de ninguna manera la seguridad de sus clientes y sus familias”.
