El gobierno búlgaro dimitió hoy después de que estallaran protestas en todo el país contra los altos precios de la electricidad, engrosando las filas de los ejecutivos europeos que cayeron debido a la austeridad.
El primer ministro Boiko Borisov ha intentado apaciguar las protestas despidiendo al ministro de Hacienda, asegurando que reducirá los precios de la energía y golpeará a las empresas extranjeras en una serie de medidas que no han servido para mitigar el descontento que también se tradujo ayer en las protestas.
Muchos búlgaros están descontentos con los altos precios de la energía, los monopolios del sector, la mala calidad de vida y la corrupción que se apoderan del país más pobre de la Unión Europea. 25 personas fueron trasladadas al hospital anoche después de que estallaron los enfrentamientos entre manifestantes y la policía.
“No seré parte de un gobierno en el que la policía golpea a la gente”, dijo hoy Borisov al anunciar su renuncia. El primer ministro no dijo si se adelantarán las elecciones parlamentarias previstas para julio.
