La crisis de los misiles, quizás, fue una falsa alarma. O más bien, una demostración de músculo. Israel ha anunciado que los avistados en el Mediterráneo por Rusia son de su propiedad: “Son nuestros -dijo el Ministerio de Defensa en Tel Aviv- es una prueba de misiles realizada junto con Estados Unidos”.
La estación de Armavir en el sur de Rusia registró el lanzamiento de los misiles. El ministro de defensa informó de inmediato al presidente Vladimir Putin, mientras que la embajada de Moscú en Siria dijo que no había señales de un ataque en el área de Damasco.
Los misiles en el Mediterráneo solo podrían ser una prueba, aunque -según las palabras de Benyamin Netanyahu- parecen tener la apariencia de una advertencia: "La realidad que nos rodea está cambiando - declaró el primer ministro israelí - Quiero decirle a cualquiera que pretenda dañarnos: no es aconsejable".
Mientras tanto, los buques de guerra estadounidenses ya están en el lugar, a la espera de un posible ataque a raíz de las acusaciones de que el régimen de Assad ha utilizado armas químicas. El presidente estadounidense, Barack Obama, está a la espera de la luz verde del Congreso, que debería llegar después del 9 de septiembre.
El número de refugiados sirios ahora supera los 2 millones. Así lo ha anunciado en un comunicado el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, que recuerda que hace un año su cifra era de 230.671 personas. En un año, el número de solicitantes de asilo en países fronterizos con Siria aumentó en 1,8 millones.
