Ayuno terminado, finalmente. Destellos de gloria tricolor desde la lejana Australia, gracias al éxito de Vettel que devuelve a Ferrari a la victoria tras año y medio de abstinencia, y bálsamo para las heridas de un Cavallino Rampante que regresa de un 2016 para olvidar. El alemán cruzaba la meta por delante de los Mercedes de Hamilton, 2º, y Bottas, 3º, lanzando un certero guantelete al equipo acaparador de la era híbrida. Victoria de agallas y táctica la de Sebastián, que primero utiliza el arma de la presión sobre Hamilton, luego explota la parada en boxes al contraataque, aplazado en su caso, para hacerse con la cima de la carrera y estirar hasta la llegada triunfal a meta. , con casi 10″ por delante.
El alba italiana da así al Cavallino Rampante un éxito que le faltaba a Singapur 2015, 27 GP por detrás, siempre con Vettel, abanderado absoluto del rescate de Maranello y pivote sobre el que construir el nuevo rumbo rojo que se inició con las purgas el pasado verano. . Elección que, por ahora, está dando sus frutos. Positivo, lúcido, valiente y sonriente, el alemán se redescubre de verdad: puede que las prestaciones del SF70H le den esas sensaciones beneficiosas que echó de menos el año pasado sobre las que construir un futuro de esperanza a medio y largo plazo.
