No siempre se ha garantizado la igualdad de trato entre países sujetos a programas de rescate financiero. Esto fue respaldado por el Tribunal de Cuentas Europeo en un informe sobre la gestión comunitaria de las intervenciones durante la crisis financiera desde 2008. “En algunos programas, las condiciones para la asistencia han sido menos estrictas y, por tanto, era más fácil satisfacerlos, las reformas estructurales requeridas no siempre han sido proporcionadas a los problemas existentes o han seguido caminos muy distintos”. Finalmente, según los auditores, “los objetivos de déficit de algunos países eran menos estrictos de lo que aparentemente habría justificado la situación económica”.
La gestión de la crisis financiera de 2008 -señala también el informe- presentó debilidades porque la La Comisión Europea "fue sorprendida por las primeras solicitudes de ayuda financiera porque los signos de la crisis habían pasado desapercibidos". Sin embargo, los auditores constataron que «pese a la falta de experiencia, la Comisión logró de hecho gestionar con éxito los programas de ayuda, lo que dio lugar a reformas» y apuntan a una serie de efectos positivos.
