Así que alguien en Bruselas todavía objeta que el gobierno italiano no debería ayudar a los bancos a deshacerse de los préstamos morosos. De lo contrario, daría una ayuda estatal que distorsiona la competencia. Es una tesis equivocada. Hay una distorsión si el Estado ayuda a un banco a salir de una crisis en la que se encuentra debido a sus malas decisiones de gestión. De hecho, esto sería hacerle un favor a ese banco frente a los otros bancos.
Sin embargo, no hay distorsión si el Estado ayuda a todo el sistema bancario a recuperar su funcionalidad deshaciéndose del exceso de préstamos morosos. Por favor, ¿qué más debería hacer el gobierno en un país donde la larga depresión económica ha producido inevitablemente una avalancha de sufrimiento? ¿Debe resignarse a la implosión de su sistema bancario con sus desastrosas consecuencias económicas? No, queridos técnicos de Bruselas, salvar el sistema bancario no es una ayuda estatal, ¡es lo único que se puede hacer para evitar el abismo!
