Se llegó a un acuerdo entre la aerolínea australiana Qantas y la británica Rolls-Royce en relación a la avería de un A380 utilizado por la compañía el pasado 4 de noviembre. Tras demostrar que el problema técnico se debió a un defecto en el motor (del tipo Trent 900, fabricado por Rolls-Royce), el grupo británico acordó pagar 95 millones de dólares australianos, el equivalente a 70 millones de euros, como indemnización.
ese dia el El superjumbo europeo de Airbus acababa de despegar de Singapur cuando el motor se incendió. Y así, el piloto se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia precipitado. Posteriormente, Qantas tuvo que inmovilizar los seis A380 que posee, sufriendo un daño económico considerable. Según la Oficina de Seguridad del Transporte de Australia, la falla se debió a un defecto en las tuberías de aceite, que están sujetas a un desgaste acelerado. Además de Qantas, Singapore Airlines y Lufthansa también habían tenido que realizar controles en sus A380, todos equipados con motores Rolls-Royce. En el caso de la compañía australiana, en enero habían reanudado vuelo todos los aviones, salvo el del accidente. Todavía está en tierra y permanecerá allí hasta febrero de 2012, para hacer posible las modificaciones necesarias del motor.
