Donald Trump reacciona al nuevo ataque aéreo en Siria, en Douma, con armas químicas y China evalúa el impacto potencial de una depreciación gradual del yuan como instrumento de presión en la confrontación comercial con Estados Unidos, informa Bloomberg, citando fuentes familiarizadas con la situación.
ATAQUE QUÍMICO DE ASSAD Y MISILES ESTADOUNIDENSES
La noche ofreció nuevas ideas, lamentablemente todas beligerantes, en el frente internacional. Durante la noche se produjo un ataque con cohetes contra la base aérea de Tayfur, cerca de Homs, en el centro de Siria. Damasco -a través de la agencia estatal Sana- habla de "agresión estadounidense" pero el Pentágono lo niega. Y conforme pasan las horas, la acusación siria, apoyada también por Moscú, se vuelve contra Israel. La tensión se ha disparado tras el nuevo ataque químico en la zona de Douma, una zona al este de Damasco y parte de Ghouta oriental, un reducto que ahora ha acabado en manos del régimen. Cien víctimas, mil heridos, muchas mujeres y niños, un número indeterminado de intoxicados. El domingo por la mañana, el presidente estadounidense disparó su primera andanada en Twitter, llamando a Assad "un animal". Habrá un alto precio a pagar". La ofensiva no se detiene ante las primeras palabras de indignación: Estados Unidos y otros ocho países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (Gran Bretaña, Francia, Polonia, Holanda, Suecia, Kuwait, Perú y Costa de Marfil) han pedido una reunión de emergencia, que está previsto que se celebre el lunes por la tarde, según fuentes diplomáticas. Mientras una fuente de la administración deja saber que la Casa Blanca no descarta represalias contra Assad: un ataque con misiles contra objetivos del régimen sirio
GUERRA DE IMPUESTOS Y DEVALUACIÓN DEL YUAN
Del lado de la otra guerra, la comercial con China, según fuentes citadas por Bloomberg, funcionarios chinos están realizando un estudio para evaluar el arma de la devaluación en las negociaciones con EE.UU., lo que no significa que las autoridades procederán con una devaluación de la moneda china, una medida que requeriría el visto bueno de los líderes de Beijing. Sin embargo, el expediente en estudio seguiría una doble estrategia: por un lado, utilizar la devaluación de la moneda china como arma de presión sobre EE.UU. en las negociaciones comerciales en curso; por otro, evaluar el impacto de esta misma devaluación en las exportaciones chinas. De hecho, una devaluación podría generar olas de inestabilidad negativa como las que ya experimentó Pekín en 2015 cuando sorpresivamente devaluó el Yuan en 2 puntos. En la práctica, las repercusiones podrían ser peores para China que para Estados Unidos.
El yuan reaccionó borrando las ganancias iniciales el lunes por la mañana, perdiendo un 0,1% a 6,3110 por dólar en las operaciones en tierra.
