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Vender bonos: ¿qué consecuencias para la bolsa?

Según los análisis de Crédit Suisse, el crecimiento de los rendimientos de los bonos y su ola de ventas pueden afectar al mercado de valores en determinadas condiciones: las acciones cíclicas y los bancos se beneficiarían de la situación, mientras que las acciones de servicios públicos y de crecimiento corren el riesgo de sufrir un “crecimiento rápido”.

Vender bonos: ¿qué consecuencias para la bolsa?

Los rendimientos de bonos atraviesan una fase de crecimiento, debido a la sobrevaloración de los propios bonos, al crecimiento real de sus rendimientos y, en gran parte, también a las expectativas de aumento de la inflación. Pero, aun considerando que esta fase expansiva está llamada a terminar (o, al menos, a corto plazo, a ralentizarse drásticamente) ¿cuáles son las consecuencias del crecimiento de las rentabilidades de los bonos y sus olas de venta? sobre acciones de valor variable?

Hay muchas perspectivas posibles para este panorama, como lo demuestra el crecimiento de las tasas del Bund alemán, que siguió un patrón posterior a la flexibilización cuantitativa y que condujo a un dólar más débil, un precio del petróleo más alto y un Eurostoxx más débil.

Para mostrarnos en detalle los posibles ganadores y perdedores de esta situación particular del mercado es un informe elaborado por Equipo de estrategia de renta variable global de Credit Suisse, según el cual el beneficio del crecimiento de los rendimientos sería en gran parte de la renta variable, que no se debilitará a menos que los rendimientos estadounidenses a 2,8 años superen el 100 %, mientras que el tipo de interés no debería convertirse en un problema a menos que siga creciendo pb en USA y 200 pb en Europa.

A nivel regional, mayores rendimientos de los bonos serían positivos para las empresas japonesas y negativos para las estadounidenses. Habitualmente, ante subidas de tipos de interés, mejora el comportamiento de los denominados “cíclicos”, entre los que destaca el sector Tech. Sobre todo, los bancos se benefician de la situación, especialmente los presentes en el sector minorista. 

Por otro lado, los perdedores en este escenario son las "acciones defensivas" más caras, como los servicios públicos regulados y los productos básicos, los valores de las llamadas "acciones de crecimiento" (empresas que se espera que experimenten un rápido crecimiento de las ganancias) y las rentabilidad por dividendo, que corre el riesgo de volverse vulnerable en esta situación.

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