Standard & Poor's confirmó la calificación crediticia de EE.UU. (AA+ a largo plazo, A+1 a corto plazo), elevando la perspectiva de negativa a estable. La agencia estadounidense lo comunicó hoy, precisando que la evaluación "refleja sobre todo la fortaleza de la economía estadounidense y del sistema monetario, así como el estatus del dólar como moneda de reserva mundial clave".
Las posibilidades de una revisión a la baja de la calificación soberana, señala S&P, son menos de una en tres. Los futuros sobre los índices de Wall Street siguen subiendo un 0,5% después de que los datos del pasado viernes sobre el mercado laboral estadounidense en mayo eliminaran el riesgo de que la Fed decida pronto ralentizar su política de estímulo monetario.
La calificación, un escalón por debajo de la triple A, la máxima posible, también refleja el alto nivel de endeudamiento del país, la estabilidad y eficacia del proceso de toma de decisiones políticas y el desempeño fiscal.
"La economía estadounidense está altamente diversificada y orientada al mercado, con una estructura económica adaptable y resistente, todo lo cual contribuye a una buena calidad crediticia", se lee en el documento.
S&P también está convencida de que las autoridades monetarias tienen “la capacidad y la voluntad de promover un crecimiento económico sostenible y mitigar los shocks económicos y financieros”. En este contexto, se espera que el dólar continúe manteniendo su papel como principal moneda de reserva.
Si bien las instituciones estadounidenses son "generalmente sólidas", la capacidad para gestionar los problemas fiscales a mediano plazo "ha disminuido en la última década", principalmente debido a un aumento de las fricciones entre las dos principales alineaciones, demócratas y republicanas. Dicho esto, se han logrado algunos avances, como el acuerdo para evitar el precipicio fiscal, según S&P.
