Italia ocupa el puesto 28 en seguridad financiera posterior a la jubilación, según el Índice de jubilación global de Natixis Global Asset Management 2016. El índice considera algunos factores clave que afectan la seguridad post-jubilación, ofreciendo una herramienta para analizar y comparar las mejores prácticas en materia de políticas de pensiones en 43 países diferentes a nivel mundial, pertenecientes a economías desarrolladas, donde las pensiones son consideradas un tema social y económico cada vez más apremiante.
Entre los países que encabezan el ranking se encuentran los países del norte de Europa, con Noruega en primer lugar, seguida de Suiza, Islandia, Suecia, Alemania, Holanda y Austria. En el grupo también encontramos a Nueva Zelanda (en el cuarto lugar), Australia (en el número 6) y Canadá (en la décima posición).
“La jubilación parece simple: las personas trabajan y ahorran, los empleadores pagan contribuciones y los impuestos sobre la nómina se destinan a financiar los servicios públicos, lo que garantiza un flujo predecible de recursos para una jubilación financieramente segura”, dice John Hailer, director ejecutivo de Natixis Global Asset Management para las Américas y Asia-. Sin embargo, factores demográficos y económicos han hecho que los viejos modelos ya no sean sostenibles, pero los países que lideran nuestro Índice demuestran que han encontrado enfoques innovadores para adaptarse al nuevo contexto y, por lo tanto, representan un ejemplo”.
El índice global de jubilación de Natixis Global Asset Management, presentado en 2013, ofrece una medida integral de la seguridad financiera posterior a la jubilación basada en datos de organizaciones internacionales o fuentes académicas en cuatro categorías. La disponibilidad post-jubilación es un componente importante, pero para tener un análisis global se consideraron otros tres indicadores: bienestar material, salud y calidad de vida.
ITALIA: UNA LEVE MEJORA
Italia ocupa el puesto 28 en el Global Retirement Index 2016, registrando una ligera mejora en comparación con el puesto 29 obtenido en 2015. El progreso de Italia en el puntaje general en comparación con el año pasado se debe principalmente a los indicadores relacionados con la calidad de vida y las finanzas, donde el la percepción de mayor felicidad, la calidad del aire y la carga fiscal muestran un signo positivo en comparación con 2015. Italia, por otro lado, sigue rezagada en términos de bienestar material y salud.
En comparación con los primeros países del ranking, la situación de Italia muestra que aún queda mucho camino por recorrer. Antonio Bottillo, Country Head y Director General Ejecutivo para Italia de Natixis Global Asset Management, afirma: “Es evidente que en las próximas décadas las personas tendrán que hacer más para financiar su jubilación, pero incluso al hacerlo es importante recuerden que garantizar la seguridad de las pensiones no es responsabilidad exclusiva de ellos”.
Los italianos sienten la presión de una mayor responsabilidad por su jubilación. La responsabilidad de una anualidad de pensión está pasando lentamente de los gobiernos a los individuos. Los inversores italianos son conscientes de este escenario, ya que el 69 % considera que la jubilación es su prioridad financiera real, como destaca una encuesta reciente realizada este año por Natixis Global Asset Management. Pero los italianos no parecen contentos con esta situación, como muestran los datos, con un 30 % que se declara enojado, un 24 % resignado y un 14 % desprevenido.
La cotización empresarial es la fuente más citada por los italianos entrevistados para financiar su jubilación, seguida del ahorro y la previsión social. En promedio, los inversores italianos informan que necesitan el 71% de sus ingresos previos a la jubilación para poder vivir durante la jubilación. Esta cifra se ubica en el extremo inferior de ese rango identificado entre el 70 % y el 80 % generalmente recomendado, pero muy por encima del promedio mundial (64 %).
Solo el 42% tiene un plan de pensiones privado financiado por el empleador (62% a nivel mundial) y el ahorro anual promedio se ubica en el 12%. “Políticos, empresarios, particulares, la industria de la gestión de activos y la asesoría financiera, cada uno de ellos juega un papel clave en la mejora de la seguridad financiera posterior a la jubilación –añade Bottillo-. Los sectores público y privado deben garantizar que los trabajadores cuenten con las herramientas, los recursos y la información adecuados para lograr este objetivo. Lograr la seguridad de las pensiones es una tarea difícil, pero posible si todos hacen su parte. El fracaso no es una opción."
