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Eni-Snam, las luces de la Comisión de la UE sobre el proyecto spin-off

La negociación entre el Gobierno y la empresa hacia una solución que llevaría al Estado a controlar tanto a Eni como a Snam sin desagradar a los accionistas. De hecho, se trata de una nacionalización que descontentaría al mercado y que también podría encender los focos de la Comisión de la UE sobre Italia. Pero el primer ministro Mario Monti aún no se ha pronunciado sobre la hipótesis.

Eni-Snam, las luces de la Comisión de la UE sobre el proyecto spin-off

La reforma laboral ha eclipsado eso. Pero el capítulo del decreto de liberalización que se refiere a la escisión de Snam de Eni está destinado a volver pronto al centro de la agenda política. También porque hay nuevas hipótesis sobre la mesa de negociación. Eni supuestamente inventó una solución para no decepcionar a los accionistas y al gobierno. Una hipótesis que gusta al viceministro de Economía Vittorio Grilli, pero que aún carece del visto bueno de Corrado Passera, ministro de Desarrollo Económico, y del primer ministro Mario Monti. Pero sobre todo de la Comisión Europea. Una luz verde que es cualquier cosa menos obvia. Pero vamos en orden.

Gobierno y Eni están en negociación. El director gerente del grupo, Paolo Scaroni, está presionando para que se identifique una hoja de ruta compartida. El perro de seis patas quiere una venta que atraiga a los socios de las dos empresas. Por otro lado, el Ministro Passera y el Primer Ministro presionan por un Snam completamente independiente, pero siempre bajo control público, y sobre todo sin obtener una participación mayoritaria que pese sobre las magras arcas del Estado. 

La clave puede estar en la participación del 9,3% en Eni que Scaroni ha acumulado a lo largo de los años al frente de la empresa. La idea es cancelarlos. En consecuencia, el resto de los accionistas vería aumentar el porcentaje de sus acciones. 

En primer lugar, el Estado se beneficiaría de ello., que controla el 30,3% de las acciones de la cartera de Cassa depositi e prestiti y las del Ministerio de Economía. Tras la separación de las acciones de Scaroni, el número de acciones del Estado ascendería al 33,4%, un 3,4% más de lo necesario para mantener el control de la empresa. Un porcentaje que el Gobierno podría vender para recaudar el dinero necesario para comprar un primer paquete del 17-19% de Snam. 

El próximo paso en la solución dependería de la junta directiva de Eni. Luego, la empresa debería dar a los accionistas la opción de cobrar futuros dividendos en efectivo o en acciones de Snam. Pinche final a CDP y Tesorería, que optarían por la segunda solución, cobrando otro 10% del paquete accionario de Snam.   

La solución puede no complacer al mercado, descartando la hipótesis de una fusión entre Snam y Terna y la posibilidad de que con la privatización se crearía una buena oportunidad de inversión en la Bolsa de Valores. Y sobre todo, puede que a la Comisión Europea no le guste, capaz de plantear la hipótesis de infracción de las normas de competencia. También porque, en realidad, la operación que debería traer el 29% de Snam al Estado es una nacionalización. No demasiado escondido. 

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