La danza, la música y la pintura son remedios efectivos contra el estrés, la depresión, el dolor postoperatorio e incluso la enfermedad de Parkinson. No, no es una simple creencia subjetiva: la arteterapia realmente funciona, y así lo certificó la Organización Mundial de la Salud, en un sustancial informe que examinó 900 estudios científicos publicados sobre este tema en los últimos veinte años. Resultó que las disciplinas mencionadas tienen un valor terapéutico, y no solo para mejorar el estado de ánimo sino también para superar traumas físicos o enfermedades reales.
Por ejemplo, cita la OMS, la música es una de las herramientas más eficaces para reducir el dolor durante la cirugía: escucharla antes y durante las operaciones reduce el dolor en un 10% de media y la ansiedad en un 21%. Pero eso no es todo. La musicoterapia también puede mejorar el vínculo emocional entre los recién nacidos y las madres y aumentar la capacidad de adquisición del lenguaje en los bebés. Por otro lado, según evidencia de la OMS, la pintura puede reducir la depresión y la fatiga en pacientes de quimioterapia. Y luego está el baile, que llega incluso a mejorar el equilibrio y el movimiento de los pacientes de Parkinson.
“La arteterapia -explica Johanna Czamansky Cohen, investigadora de la Universidad de Haifa, en Israel- actúa sobre todo, estimulando los sentidos, sobre el mecanismo de regulación de las emociones. Podemos acceder a nuestras emociones de manera introspectiva (que, sin embargo, puede ser estresante para quienes tienen recuerdos traumáticos) o mediante la estimulación de los sentidos. Este es el segundo camino que se abre al pintar, modelar la arcilla o escuchar música”. La mezcla entre atención y relajación que se obtiene puede tener varios efectos beneficiososPor ejemplo, cambia la frecuencia cardíaca y esto reduce las proteínas inflamatorias como las citoquinas, y también puede reducir la hormona del estrés.
