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Covid y Alimentación: La Dieta Mediterránea debe ser interpretada

La mala alimentación puede afectar la esperanza de vida. La pandemia ha cambiado negativamente los hábitos alimentarios. La dieta mediterránea sigue siendo fundamental pero debe leerse a la luz de las nuevas necesidades. El método Longevitystudio se centra en la reducción de calorías y la sustitución de comidas

Covid y Alimentación: La Dieta Mediterránea debe ser interpretada

En 2020, a raíz del Confinamiento, se ha producido un saludable aumento del consumo de frutas y verduras (+21,2%) pero al mismo tiempo, el estrés, el miedo y la ansiedad llevan a muchas personas a recurrir a alimentos considerados 'confort', como chocolate, helados y dulces (+42,5%) e snacks salados (+23,5%). Inevitablemente, una dieta tan desequilibrada condujo a una aumento de peso que van desde el 19,5 % según surge de un estudio publicado por Foods, hasta el 48,6 % según surge de un estudio publicado por Journal of Translational Medicine.

A la mayor ingesta de alimentos y calorías se une que en este escenario el aumento del índice de pobreza absoluta, que ha provocado una merma en la calidad de los alimentos de las familias menos favorecidas, ha provocado un importante factor de riesgo de enfermedad, cuya tasa, que ya era del 2019% en 7,7, pasó al 2020% en 9,4”.

Longevitystudio, un proyecto que se erige como un punto de referencia para la nutrición en Italia al combinar las mejores experiencias del mundo médico y científico, ha reelaborado los datos del informe ISTAT sobre bienestar justo y sostenible (BES) comparándolos con dos estudios científicos que se llevaron a cabo durante el primer confinamiento italiano, por Federico Scarmozzino y Francesco Visioli de la Universidad de Padua, publicados por Foods, y por Laura Di Renzo de la Universidad de Milán publicados por Journal of Translational Medicine.

El resultado es un cuadro que suena como una campana de alarma para nuestra salud: el La esperanza de vida al nacer, que fue de 2019 años en 83,2 frente a 81,7 en 2010, en 2020 se ha reducido en casi 1 año, situándose en 82,3 años. "El aumento de la mortalidad por COVID-19 ha llevado a este resultado negativo, pero no se deben subestimar algunos cambios peyorativos en nuestro estilo de vida alimentario - subraya Roberto Volpe, investigador médico del Consejo Nacional de Investigación de Roma (CNR) - podríamos descartar En los próximos años".

Para Volpe es posible invertir la tendencia centrándose en la Dieta Mediterránea pero, advierte, las condiciones actuales de nuestro estado de salud y las consecuencias alimentarias y físicas que estamos viviendo, exigen una lectura inteligente de la Dieta Mediterránea, por así decirlo.

¿Entonces lo que hay que hacer? “A la espera de que el trabajo y la economía vuelvan a crecer – explica Volpe – todos podemos hacer algo para mejorar nuestro estilo de vida y reanudar los años de ganancia. En este sentido, una vez más, el papel preventivo y terapéutico de la nutrición parece ser importante y fundamental. El histórico modelo alimentario mediterráneo, caracterizado por alimentos principalmente de origen vegetal, pero también de origen animal, como el pescado o el consumo moderado de alimentos con leche, lácteos, huevos y partes magras de la carne, sigue representando un punto de referencia en la mundo de la nutrición". Pero Longevitystudio propone una lectura de la dieta mediterránea basada en dos enfoques: se caracteriza por la consumo de cereales integrales, legumbres, verduras y frutas en temporada, pero con una reducción de calorías entre un 50 y un 70%, los cuales deben ser seguidos en ciclos (dos-tres o más veces al año, según el estado de salud de la persona y el consejo del médico tratante); la segunda se centra en el concepto de los llamados "sustituto de la comida", compuesto por una sola porción (o combinación) de alimentos bajos en calorías como sopas, guisos, snacks salados o snacks dulces. En ambos casos, el enfoque bajo en calorías no solo reduce la grasa abdominal (fuente de moléculas proinflamatorias) sino que, al mismo tiempo, también es capaz de estimular un proceso de reprogramación y regeneración celular que conduce a una mayor reducción de la inflamación ( además de una notoria mejoría en los principales factores de riesgo cardio-metabólico).

“Si entonces consideramos – observa el prof. Fox – que esta dieta, como la Dieta mediterránea, aporta vitaminas y polifenoles con acción antioxidante, capaz de contrarrestar el daño causado por los radicales libres envejecimiento patológico y desarrollo de enfermedades cardiovasculares y cáncer, y tiene un buen contenido en ácidos grasos monoinsaturados y grasas omega-3, esenciales para el mantenimiento de la estructura de las membranas de las células nerviosas, es fácil entender cómo es capaz de garantizar una longevidad de calidad.”

El método Longevitystudio –explica Gianpaolo Nappi, fundador de la empresa– se basa en el uso de productos mediterráneos con un control calórico que se centra en los alimentos funcionales, como parte de un protocolo dirigido a una dieta baja en calorías. Este camino parte de los fundamentos de la Dieta Mediterránea con el uso del protocolo científico de DMD™- Dieta Mima Ayuno del profesor Valter Volpe y sus estudios sobre la longevidad celular.

El programa de alimentación tiene una duración de 5 días, y tiene como objetivo una equilibrio entre macronutrientes (proteína, grasa, carbohidrato, fibra) e micronutrientes (vitaminas y minerales). Esta mezcla de ingredientes te permite "engañar" al cuerpo simulando un ayuno de solo agua mientras comes.

El organismo, simulando una importante restricción calórica, desencadena procesos alternativos de aprovechamiento de sustratos energéticos, iniciando así un proceso de renovación celular, gracias al cual elimina lo que ya no es necesario, y lo reemplaza por células nuevas y sanas.

Debido a su composición detallada baja en azúcares simples, baja en proteínas y baja en calorías, DMD proporciona macro y micro nutrientes para minimizar los efectos adversos del ayuno total.

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