Invertir en bienes raíces ya no es tan conveniente como lo era antes. Y no solo por el Imu. Según una serie de cálculos publicados hoy en Corriere della Sera, al menos otros dos factores aconsejan cautela: las perspectivas negativas a corto plazo del mercado inmobiliario y la competencia de los bonos del Estado, que garantizan buenos rendimientos y facilitan el cobro. También porque hay varios caminos a seguir para aquellos que quieran invertir en este sector.
En la hipótesis de querer comprar una casa por 280 mil euros al contado -continúa CorSera- tendremos que tener en cuenta gastos adicionales por 5 mil euros (impuestos subvencionados más notaría). En este caso, transcurridos ocho años, el comprador obtendrá una ventaja limitándose a no perder sobre el valor inicial de la compra y revendiendo el inmueble por al menos 284 euros.
Si por el contrario se compra la misma casa con una hipoteca a tipo variable igual a la mitad del precio, al cabo de 8 años el propietario seguirá endeudado por casi 97 euros y para revender la casa siendo rentable tendrá que imponer un precio de al menos 317 euros (con una revalorización global del 15%).
El tercer caso concebible es el de una inversión, es decir, una compra al contado seguida de un alquiler. Los costes iniciales son de al menos 15 euros y las tasas recaudadas están lastradas por el Imu y el "cupón seco", que absorbe el 21% de lo recaudado. Si fuera posible encontrar un inquilino con pagos regulares y luego dispuesto a dejar la casa sin problemas después de 8 años, una revalorización anual de la propiedad en un 2% sería suficiente para alcanzar el punto de equilibrio.