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Smart Working: una reforma pionera en Portugal

Entra en vigor en todo el país lusitano un paquete de normas que regula, facilita y fomenta el teletrabajo: se trata de una reforma pionera, que podría convertirse en un modelo en el futuro

Smart Working: una reforma pionera en Portugal

El empleador no puede contactar empleados en trabajo inteligente fuera del horario de oficina (excepto emergencias). Por otra parte, las empresas deben reembolsar al menos una parte de los costes adicionales que agobian a los trabajadores en activo desde casa (dispositivos, abonos, facturas de luz más altas de lo normal). Son dos pilares de la nueva legislación de trabajo inteligente que acaba de entrar en vigor en Portugal. El paquete de normas fue aprobado poco antes de la caída del gobierno -que se quedó sin mayoría en la ley de presupuesto- pero aún puede representar una reforma pionera y en el futuro otros países podrían tomarlo como modelo.  

La ley es favorable a las necesidades de los empleados y se suma a varias exenciones fiscales ya introducidas en Portugal a favor del trabajo inteligente. De esta forma, según el Financial Times, el país tiene como objetivo atraer a los llamados nómadas digitales y empresas que no tienen problemas para trabajar con personal remoto.

Para proteger la privacidad, reformar prohíbe cualquier forma de seguimiento de los trabajadores Se establecerán convenios de teletrabajo y trabajo a distancia con acuerdos entre empleador y trabajador que definirán los horarios y lugares de trabajo. Y si los empleados pueden negarse a realizar sus funciones desde casa sin dar justificaciones, las empresas que rechacen una solicitud de trabajo inteligente deben justificar la negativa por escrito. Sin embargo, los padres con hijos de hasta ocho años tienen derecho al trabajo inteligente en cualquier caso.

La nueva legislación también prevé la prohibición de toda discriminación entre el trabajo a distancia y el presencial en vacaciones, formación, carrera y cotizaciones a la seguridad social y al seguro. Las empresas también deberán organizar reuniones presenciales de forma periódica para evitar que el empleado se sienta aislado. Las únicas empresas exentas de estas reglas son aquellas con menos de diez empleados.

“La pandemia ha acelerado la necesidad de regular lo que ya estaba regulado”, explicó la ministra de Trabajo portuguesa, Ana Mendes Godinho.

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