Choque cada vez más furioso entre Lega y Cinque Stelle tras la explosión ayer de dos nuevos casos de presunta corrupción y mal gobierno. El Subsecretario de Infraestructura de la Liga Norte, Armando Siri – el ideólogo del impuesto único – está siendo investigado por corrupción porque se habría embolsado 30 euros de un empresario del Sur cercano al capo Matteo Messina Denaro para incluir en el presupuesto una enmienda sobre energías renovables, que en realidad nunca fue aprobada.
El ministro Danilo Toninelli destituyó de inmediato sus funciones como subsecretario pero el Cinco Estrellas exige mucho más y esa es la renuncia, que incluso el primer ministro Conte parece eclipsar. Pero el líder de la Liga, Matteo Salvini, no quiere ni oír hablar de ello y une fuerzas con Siri. El líder de la parrilla Luigi Di Maio, sin embargo, no se rinde: "Hay una cuestión moral: los hechos están vinculados a la mafia". Respuesta de Salvini: "No aceptamos dos pesos y dos medidas".
Pero el caso de Siri no es el único que persigue a un gobierno cada vez más dividido. Ayer el semanario L'Espresso ha publicado una grabación que inquieta a la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi. En la grabación se escucha muy bien al alcalde ordenando al expresidente de la Ama (la empresa municipal de residuos), Lorenzo Bagnacani, ajustar el presupuesto para que aparezca en rojo. Raggi respondió a la negativa del gerente despidiéndolo de su cargo. Abre el cielo. Aquí, también, inmediatamente hizo clic el pedido de renuncia del sindicato, naturalmente con partidos invertidos: el Cinco Estrellas defiende -aunque tímidamente- a los Rayos, mientras que la Liga de Salvini, que ha lanzado la campaña para conquistar el Capitolio, quiere la dimisión del alcalde y nuevas elecciones administrativas en la capital. Pero la batalla no ha terminado.