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Ahorro digital, ¿están preparados los italianos?

En tiempos de coronavirus, es fundamental que las personas tengan las herramientas tecnológicas disponibles para administrar el dinero y, sobre todo, saber cómo usarlas: una investigación de Intesa Sanpaolo demuestra una brecha de alfabetización en fintech.

Ahorro digital, ¿están preparados los italianos?

¿Cómo cambia la actitud de los italianos en la gestión del ahorro en tiempos del coronavirus? Y sobre todo, ¿qué papel pueden jugar la tecnología y las herramientas digitales? Intentó responder a estas preguntas una investigación realizada por el Museo del Ahorro Intesa Sanpaolo, que analizó una muestra representativa de italianos unas semanas antes del confinamiento. La investigación reveló una fuerte falta de homogeneidad en términos de alfabetización tecnológica tanto entre los diversos grupos sociales como en relación con su impacto en el uso de bienes y servicios.

Una campana de alarma, si se quiere, dado que como comentan Giovanna Paladino, directora del Museo del Ahorro Intesa Sanpaolo, y Monica Fabris, presidenta de Episteme, “nunca antes la disponibilidad de herramientas digitales había paliado la trágica realidad de la cuarentena, donde el único contacto con los demás, además de los familiares con los que convives, es el PC, el smartphone o la tablet. sentirte cerca incluso de aquellos que viven a unos cientos de metros de casa y con los que tenías una asistencia diaria”. La cuarentena, como todos nos estamos dando cuenta, básicamente ha impuesto el uso de herramientas digitales para salvar la distancia física.

Pero la brecha que había antes podría incluso ampliarse. “Como destaca la investigación -explican las dos autoras-, por un lado, no sabemos si la tecnología será capaz de cerrar la brecha social y de género, de promover una mayor inclusión a través del acceso a bienes y servicios antes inalcanzables, por el otro por otro lado, el miedo de muchos que su uso generalizado deja a los que ya están aún más atrás, lo que conduce a una pérdida de privacidad y puede reducir la capacidad de controlar el uso de los propios recursos económicos. La tecnología que necesitamos hoy, más que nunca, es la extendida y real que puede convertirse en un bien común como el aire y el agua”.

En cambio, de la investigación emergen otro tipo de orientaciones que aún prevalecen. El efectivo sigue siendo el medio de pago más popular (definido como "para todos" y "simple" respectivamente por el 53.9% y el 45.4% de los entrevistados) y el más utilizado (uso frecuente por el 71.6%), mientras que las tarjetas de crédito y los cajeros automáticos siguen siendo escasos. utilizado por los italianos en comparación con otros países europeos (Dinamarca, Suecia, Reino Unido sobre todo). Probablemente las cosas estén cambiando con la cuarentena que nos obliga a comprar online, pero evidentemente todavía hay una forma de resistencia cultural.

También son importantes los datos sobre la autoevaluación de las competencias digitales, cruzados con la medición de lo que realmente saben hacer los entrevistados, lo que pone de manifiesto un importante factor de riesgo: además de los que se saben insuficientemente preparados, hay un grupo de encuestados, equivalente al 8.8%, que sobrestiman sus propias habilidades, percibiéndose a sí mismo como mucho más capaz de lo que realmente es. Esta autopercepción errónea puede ser muy peligrosa si se combina con una subestimación de las trampas de la web. Considere, por ejemplo, la facilidad con la que circulan las noticias falsas y los efectos que pueden tener en los procesos de toma de decisiones de los usuarios de Internet.

Si los jóvenes están naturalmente más orientados hacia el uso de la tecnología digital para la gestión del dinero, las mujeres se quedan atrás entre los adultos: solo el 67.2% de las mujeres tienen una cuenta corriente que gestionan con total autonomía (frente al 81.6% de los hombres) y el 18.1% no tiene cuenta corriente (frente al 7.9% de los hombres).Por otro lado, sorprende el dato sobre bitcoins: en torno al 30.5% de los entrevistados se declaran interesados ​​en invertir en bitcoins, especialmente las personas con un estilo de vida alto (46.7% frente al, aunque significativo, 27% de las personas menos favorecidas). Este es un caso evidente de subestimación de los riesgos asociados al instrumento especulativo que subraya la necesidad de una mayor difusión transversal de cultura financiera.

El estudio, realizado por Intesa Sanpaolo, es solo una de las muchas iniciativas que el principal banco italiano está dedicando al difícil momento que vive el país. Como es sabido, Intesa primero hizo una donación de 100 millones de euros al sistema de salud, y luego aumentó la cantidad de recursos en términos de crédito a 50 mil millones de euros puesto a disposición del país. La última noticia es que Intesa Sanpaolo es el primer banco italiano en firmar el protocolo de colaboración con Sace para apoyar financieramente a las empresas perjudicadas por la emergencia del Covid-19.

Gracias a este acuerdo, el instituto dirigido por Carlo Messina está operativo sobre todas las posibles soluciones previstas por el Decreto de Liquidezproporcionando así el apoyo necesario incluso a las grandes empresas que actualmente no estaban cubiertas por ninguna disposición de apoyo. Este es un paso necesario, evaluó el banco, para ayudar a los encadenamientos productivos y las industrias afines conformadas por pymes. Gracias al trabajo coordinado por ABI, el Grupo ha identificado las soluciones más adecuadas para gestionar de manera eficiente las operaciones con sus directivos.

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