Il 21,5% de los jóvenes italianos menores de 25 años están sin trabajo y sin educación ni formación (NINI); entre estos el 11% es “desanimado, desilusionado, ya ni busca trabajo porque cree que no lo hay”. Las declaraciones del director de la división laboral de la OCDE, Stefano Scarpetta, nos hacen reflexionar. En su intervención, Scarpetta también subrayó la necesidad de ofrecer a estos jóvenes nuevas oportunidades y motivaciones a través de campañas de información específicas.
Lo que preocupa a la OCDE es el llamado efecto cicatriz: aquellos que ingresaron al mundo del trabajo tarde y con dificultad "tendrán menos posibilidades de ser empleados y un salario más bajo que las personas con las mismas habilidades y en el mismo grupo de edad que ingresaron en un momento diferente". A esto hay que añadir el futuro problema de pensiones: ya que Italia ahora tiene un sistema contributivo, por el cual aquellos que comienzan a cotizar tendrán una pensión más baja.
Es necesaria, por tanto, una intervención de la OCDE, como subraya el propio secretario general Ángel Gurria en la nota que anuncia el lanzamiento del Plan de acción sobre el desempleo juvenil firmado por los 34 países miembros. Plan que incluye tanto medidas de corto plazo encaminadas a relanzar el crecimiento económico como intervenciones de largo plazo destinadas a intervenir tanto en las reglas del mundo del trabajo como en el sistema formativo.
Hasta la fecha, Italia ocupa el cuarto lugar entre los países de la OCDE en términos de porcentaje de jóvenes desempleados, con una tasa ahora casi 39%. Al frente solo encontramos a España y Grecia que superan el 50% y Portugal que se sitúa en el 40%.