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Plan para la UE: simio en riesgo de aplazamiento

Para mañana, Italia debe enviar una carta a Bruselas con compromisos precisos sobre el ajuste de las cuentas - En vista de posibles elecciones anticipadas, parece poco probable que el gobierno opte por aumentar el IVA o recortar las deducciones fiscales, pero algunas medidas del último Presupuesto la ley podría posponerse – El endurecimiento de las medidas antielusivas también está sobre la mesa.

Plan para la UE: simio en riesgo de aplazamiento

El Gobierno ha optado por la línea blanda con Bruselas y en las próximas horas dará respuesta a la petición de ajuste de cuentas por 3,4 millones de euros (0,2% del PIB). El problema es poder captar estos recursos sin aumentar la carga fiscal, para evitar el contragolpe electoral en caso de votación anticipada. Por tanto, algunas medidas hipotetizadas por los técnicos de Hacienda parecen haberse descartado ya, como la subida del IVA, la reducción de retenciones, retenciones y bonificaciones o el aplazamiento del recorte del IRES.

En cambio, podrían posponerse otras medidas contenidas en la última ley de presupuestos, empezando por el Ape social, que debería arrancar en mayo y -según los cálculos de la Contaduría del Estado- costará nada menos que 70 millones al mes. Por tanto, aplazar seis meses su entrada en vigor supondría un ahorro de unos 400 millones.

Otro capítulo en el que se está centrando el Ministerio de Economía es el endurecimiento de las medidas antievasión, en particular el "pago fraccionado" y el "cobro revertido", destinados a sacar a relucir el IVA que paga la administración pública. El segundo, el cobro revertido, también podría extenderse a otros sectores, como la gran distribución. También es posible la extensión a 2016 de la nueva ronda de divulgación voluntaria y la extensión de los plazos para incorporarse al desguace de las carpetas de Equitalia.

El problema es que intervenciones de este tipo, además de no ser suficientes en sí mismas, no aportan ciertos ingresos a presupuestar y por ello tradicionalmente no sirven para tranquilizar a una Europa que prefiere mucho lo estructural y lo detallado. Lo mismo ocurre con cualquier nuevo recorte del gasto público, porque los impuestos durante el año son considerados poco creíbles por Bruselas.

En definitiva, llegar a fin de mes no será una operación sencilla y Palazzo Chigi intentará aprovechar todo el tiempo posible. Sin embargo, algunas diferencias políticas se suman a las dificultades de la contabilidad. El ministro del Tesoro, Pier Carlo Padoan, que se reunió ayer con el primer ministro Paolo Gentiloni para acordar las respuestas que se enviarán mañana a Bruselas, está convencido de que Italia debe evitar a toda costa el conflicto con la Comisión Europea. Desde su punto de vista, el principal objetivo es no deprimir más la confianza del mercado en nuestro país, ya duramente probada por la inestabilidad política, el caso Montepaschi y la monstruosa ampliación de capital de Unicredit, cuyo desenlace no parece obvio.

Por el contrario, Matteo Renzi está presionando por elecciones anticipadas en primavera, por lo que preferiría un nuevo procedimiento de infracción por parte de Europa en lugar de firmar cualquier minimaniobra que contenga dudas sobre la última ley presupuestaria o, menos, endurecer los impuestos. En efecto, “si después de las elecciones volvemos al gobierno -escribía ayer el ex primer ministro- tendremos que retomar el razonamiento a partir del corte del Irpef”.

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