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Nardozzi: "Señora Merkel, cuidado con los goles en propia: el rigor en las finanzas públicas perjudica a todos"

El exceso de austeridad y rigor en las finanzas públicas provoca recesión y es malo para Italia, para Europa pero también para Alemania Berlín

Nardozzi: "Señora Merkel, cuidado con los goles en propia: el rigor en las finanzas públicas perjudica a todos"

La larga campaña del gobierno alemán para imponer una disciplina fiscal más estricta a los países de la zona del euro no ha sido incruenta. Ha costado mucho a los ciudadanos de Europa y más allá. Menos ingresos y menos empleo de lo esperado meses atrás, riesgo de recesión (ahora seguro para Italia) con efectos depresivos también en la economía de Estados Unidos y, por tanto, en la economía mundial.

Ahora, con la cumbre de Bruselas de la semana pasada, la canciller alemana obtuvo lo que quería: parámetros más estrictos para los presupuestos públicos con comisiones para los gobiernos morosos. Pero la campaña aún no parece haber terminado porque Angela Merkel se mostró ansiosa por declarar, al final de la cumbre, que "se dio un paso adelante pero el camino aún es largo... no hay una solución inmediata a la crisis". Y ayer quiso volver a subrayar su posición, que ya es conocida, en contra de aumentar la dotación del ESM, el fondo de ahorro del Estado que sustituirá al actual EFSF, de lo que obviamente los mercados han tomado nota. El tipo de cambio entre el euro y el dólar cayó a su nivel más bajo en los últimos dos meses. El diferencial entre los BTP a 10 años y los Bunds subió a más de 470 puntos el lunes, cerró ayer en 461 puntos y estuvo por debajo de los 200 puntos en junio.

Así, un país como Italia, oficialmente valorado por el Consejo Europeo en su comunicado del 9 de diciembre por sus medidas de contención del déficit público, se ve hoy obligado a pagar mucho más por la colocación de sus bonos del Tesoro que cuando, antes del verano , el déficit era mayor, no estaba previsto en la Constitución un presupuesto equilibrado y había un gobierno que ciertamente no ofrecía las garantías del actual.

¿Por qué el gobierno alemán quiere prolongar esta situación sin sentido no solo para Italia sino también para Europa? El caso es que sigue contando con la sanción de los diferenciales expresados ​​por el mercado como estímulo para poner las cuentas en orden, para asegurarse de que realmente avanzamos hacia el cumplimiento del Pacto de Estabilidad reforzado por el Consejo Europeo de 9 de diciembre que prevé una rebaja del umbral de déficit excesivo. Pero tirar demasiado fuerte puede ser contraproducente. Porque la crisis de confianza que ha atacado al euro no proviene de los déficits públicos sino de la capacidad de pago de la deuda que ha sido puesta en entredicho, por culpa de Grecia, por la propia Alemania. Y esta crisis no se resuelve, sino que se agudiza, cargando la deuda pública con tipos de interés más elevados y obligando a adoptar nuevas medidas restrictivas que empeoran aún más las perspectivas de la economía. Lo que más gusta a los especuladores, y que les atrae como a las abejas a la miel, es el inicio de una perversa espiral entre recesión y déficit público. Una salida en la costosa y prolongada campaña para imponer la disciplina alemana en Europa que, en última instancia, sería desastrosa para la propia Alemania.

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