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Napolitano ciega a Monti. Y sobre Berlusconi recuerda: "Estaba al límite de la sostenibilidad internacional"

Ni suspensión de la democracia, ni desgarro institucional, dice el Presidente de la República en la reunión con los altos cargos del Estado y agrega: hoy Italia vuelve a ser creíble, el camino es cuesta arriba, pero podemos hacerlo. Berlusconi insiste en que el gobierno técnico es en todo caso "una anomalía".

Napolitano ciega a Monti. Y sobre Berlusconi recuerda: "Estaba al límite de la sostenibilidad internacional"

“Ni desgarro constitucional, ni suspensión de la democracia. Era mi deber preciso evitar el choque electoral”. En la reunión de felicitación navideña a los altos cargos del Estado, Giorgio Napolitano reconstruye minuciosamente sus jugadas para resolver, con el encargo a Mario Monti, la crisis de gobierno provocada por la dimisión de Berlusconi. Ha recordado que, también desde el punto de vista de la "sostenibilidad internacional", la situación había llegado "a un punto límite", que el entonces primer ministro "reconoció responsablemente al dimitir tras reconocer un voto parlamentario negativo". Pero ayer el jefe de Estado también expresó su satisfacción porque Italia "vuelve a ser creíble", concluyendo que "el camino aún es cuesta arriba, pero se puede". Tampoco hubo una referencia implícita a las posiciones de la oposición de la Liga Norte, cuando definió la prédica secesionista como "vana y artificial".

Berlusconi, que se reunirá hoy con el primer ministro Monti para desayunar, se siente cuestionado y primero reconoce que los políticos a veces exageran en los discursos que dan a sus electores, pero luego reitera que el gobierno interino sigue siendo "una anomalía". La respuesta de la Liga Norte con Calderoli fue extremadamente dura, anunciando un discurso en el Senado en el que denunciará que "la democracia ha sido inmolada en el altar de los intereses de la banca".

Pero la principal preocupación de Napolitano en este momento es bloquear al máximo el Gobierno de Monti, cuyo plazo coincide "con el final de la legislatura". De ahí también la gran atención al enfrentamiento con las fuerzas sociales con la invitación a evitar “palabras despectivas y oposiciones simplistas”, dedicando la máxima atención a los jóvenes y los menos garantizados. Palabras importantes en un momento en que continúa la polémica por el artículo 18, y mientras el ministro Fornero reconoce que, como afirmó el secretario de la Cisl, Bonanni, los salarios en Italia son demasiado bajos.

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