Y el 25 abril. Y el día que Italia celebra el fiesta de liberación el presidente de la republica Sergio Mattarella pronunció un emotivo y conmemorativo discurso Civitella Val di Chiana, rindiendo homenaje al coraje y la resistencia del pueblo italiano durante uno de los períodos más oscuros de la historia del país. Citando palabras del historiador Claudio Pavone, subrayó cómo el fascismo no sólo careció de piedad, sino que ni siquiera la contempló en su régimen de violencia. “Ser compasivo con otros seres humanos era en sí mismo una manifestación de antifascismo y de resistencia, cualquiera que fuera la inspiración, secular o religiosa. El fascismo tenía una ideología inherente de violencia, la misericordia no estaba prevista...", afirmó el presidente, destacando la profunda contradicción entre humanidad y brutalidad del régimen fascista. Por la mañana, el presidente depositó una corona de laurel en el santuario del Soldado Desconocido, para rendir homenaje a la resistencia y al sacrificio del pueblo italiano, reafirmando la importancia de cultivar los valores de la libertad, la democracia y la dignidad humana para garantizar una futuro pacífico y justicia.
“Liberación, por tanto, del ocupante nazi, liberación de una guerra terrible, pero también de una dictadura despiadada que, a lo largo de veinte años, había asfixiado los derechos políticos y civiles, pisoteado las libertades fundamentales, perseguido a judíos y minorías, educado a los jóvenes personas en la religión sacrílega de la violencia y el abuso – prosiguió el Jefe de Estado -. La entrada en la guerra, junto a Hitler, fue la consecuencia directa e inevitable de este clima de exaltación fanática."
La memoria de la resistencia: el discurso del presidente Mattarella
Il El discurso de Mattarella. es un apasionado elogio a resistencia, como una epopeya indispensable para la libertad y la dignidad humana, una página que brilla en el libro de la historia italiana y que no puede romperse ni decolorarse. Reiteró en tono inequívoco que elAnti-fascismo No es sólo un principio abstracto, sino un imperativo moral que exige la unidad popular, celebrando la diversidad y la riqueza de nuestra nación. En su discurso mencionó a Don Milani, a Davide Mario Turoldo y, no sin emoción, alasesinato de giacomo matteotti, que este año celebra su centenario. El jefe de Estado destacó cómo este trágico suceso puso de manifiesto la verdadera cara del fascismo, mostrando sus rasgos brutales e inhumanos. Expresó la necesidad de mantener viva la memoria de Matteotti y sus ideas, como advertencia contra toda forma de autoritarismo y violencia.
El presidente también abordó el tema de propaganda fascista, que negó las pruebas de los horrores cometidos, tratando de menospreciar y ocultar las atrocidades cometidas, como en el caso del masacre de marzabotto. Este intento de distorsionar la verdad, subrayó Mattarella, representa una nueva afrenta a la dignidad de las víctimas y a la memoria histórica. Un concepto que, lamentablemente, siempre está de actualidad. Y de nuevo: “Totalmente sometida a la Alemania imperialista de Hitler, la Italia fascista, que entró en el conflicto sin ningún respeto por los soldados enviados cínicamente a morir, todavía no habría tenido escapatoria. Luigi Salvatorelli señaló precisamente: 'Con la derrota habría perdido mucho, con la victoria todo'”.
La denuncia de la barbarie nazi-fascista
Al abordar la barbarie perpetrada por los nazifascistas durante la Segunda Guerra Mundial, el presidente destacó su intención de sembrar terror y muerte, tratando al pueblo italiano como inferior y traidor. Tiene convicto en términos inequívocos actos de violencia cometida contra partisanos (que tanto denigra la derecha) oye civiles impotentes, subrayando su oposición a todo principio de humanidad y justicia y destacando la relevancia de esta distorsión de la verdad. “A diferencia de sus enemigos, imbuidos del culto macabro a la muerte y a la guerra, los patriotas de la Resistencia hicieron uso de las armas para que un día callaran y el mundo quedara finalmente marcado por la paz, la libertad y la justicia. Hoy, en un momento de gran preocupación, marcado, en Europa y en sus fronteras, por la agresión, la guerra y la violencia, confiamos en esa esperanza", declaró el Jefe de Estado.
Mattarella recordó respetuosamente a las víctimas del Masacres nazis, como los 244 ciudadanos asesinados por los nazis en Civitella el 29 de junio de hace 80 años, subrayando la importancia de preservar la memoria de tales tragedias para que puedan servir de advertencia para las generaciones futuras. “Es necesario - hoy y en el futuro - recordar aquellas masacres "nazi-fascistas" y las víctimas y las iniciativas nacionales y regionales que las apoyan son preciosas. Sin memoria no hay futuro." Un llamado a nuestras conciencias, una invitación a no dar la espalda a las injusticias del mundo.
La cita de Mattarella y Moro
“El 25 de abril es un aniversario fundamental para Italia – subrayó Mattarella – la celebración de la paz, de la libertad redescubierta y del regreso a las filas de las naciones democráticas. Esa paz y esa libertad que, arraigadas en la resistencia de un pueblo contra la barbarie nazifascista, produjeron la Constitución republicana, en la que todos pueden reconocerse, y que representa una garantía de democracia y de justicia, de la firme negación de cualquier forma. o principio de autoritarismo o totalitarismo”. Y luego: “Agrego, usando palabras dichas por Aldo Moro en 1975, que “en torno al antifascismo la unidad popular es posible y necesaria, sin comprometer por otra parte la variedad y riqueza de la comunidad nacional, el pluralismo social y político, la articulación libre y cambiante de mayorías y minorías en el juego democrático”.