La reubicación de ministerios no está legitimada "ni por la Constitución, que identifica a Roma como capital de la República, ni por las leyes ordinarias" y "aunque la intención de acercar la administración pública a los ciudadanos no puede llegar a imaginar una 'capital generalizado' o 'reticular', esparcido por todo el país”. Estas son algunas de las palabras utilizadas por el presidente de la República, Giorgio Napolitano, en la dura carta enviada hoy al Gobierno sobre el último casus belli planteado por la Liga.
El Carroccio ha abierto en Monza "sucursales de representación operativa" de los ministerios dirigidos por Umberto Bossi (Reformas) y Roberto Calderoli (Simplificación). El Ministerio de Turismo y el Ministerio de Economía (el único de los cuatro con cartera) deberán seguir el mismo camino en breve. El jefe de Estado subraya que estas medidas, implementadas además a través de decretos "no publicados en el Boletín Oficial", ponen en riesgo "la naturaleza de la capitalidad de la ciudad de Roma, sede del Gobierno de la República".
La advertencia de Colle pronto resonó en los pasillos del Palacio Chigi. Tanto es así que el Primer Ministro Silvio Berlusconi, al abrir el Consejo de Ministros, lanzó una "invitación urgente - dice una nota - a tener debidamente en cuenta las observaciones realizadas por el Presidente de la República sobre el reciente establecimiento de oficinas periféricas de las estructuras ministeriales, y por ello pidió a todos los ministros que se comportaran en consecuencia”. Un intento de mediación ya fracasado. "Napolitano no te preocupes - respondió Umberto Bossi - las oficinas quedan ahí".
