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La alarma de la mala política

Lo lanza el presidente de la República Napolitano y el de Cei Bagnasco ante una campaña electoral carente de contenido. Un normal apretón de manos entre Moratti y Pisapia se convierte en noticia.

La alarma de la mala política

Realmente es una mala campaña electoral en la que un apretón de manos entre dos candidatos a alcalde (en este caso Pisapia y Moratti) se convierte en noticia. En el que la autoridad de comunicación tiene que intervenir con multas muy cuantiosas (más de 250 euros para Tg1 y Tg4, 100 para el resto de publicaciones) para sancionar la vulneración de la igualdad de condiciones. Por un lado, un comportamiento civilizado (el apretón de manos) que se convierte en la excepción, por otro, una invasión mediática que fuerza las reglas. Por lo tanto, no es de extrañar que el presidente de la República, Giorgio Napolitano, se distancie de lo que cada vez parece más un enfrentamiento entre facciones y que el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, el cardenal Bagnasco, lance una verdadera "mala" política de alarma”, esperando por la aparición de una nueva generación de políticos católicos.

Lo que estamos presenciando y que (afortunadamente) está a punto de terminar, es una campaña electoral, a la que le faltan los contenidos: nos insulta la posible construcción de una mezquita, prometemos traslados de ministerios y amnistía de las multas municipales, hacemos no discute la política de la ciudad. Sin embargo, es el futuro de Milán y Nápoles. Seamos claros, siempre ha sucedido que, con motivo de las elecciones administrativas, son los temas de la política nacional los que prevalecen sobre los administrativos. Pero, incluso en este caso, habría que hablar de política económica, de cómo afrontar el problema de las finanzas públicas, las alarmantes cifras de paro que pone sobre la mesa el Istat. Pero no. Para ganar las elecciones se solicitan instintos y miedos más que razonamientos. En primer plano están el riesgo de islamización y la ciudad gitana, mientras que Berlusconi incluso evoca el riesgo de Stalingrado en caso de victoria de Pisapia en Milán. En cambio, su principal colaborador en Mediaset Fedele Confalonieri (hombre de negocios y no de política) que dice que votará por Moratti, pero también apunta que si gana Pisapia no sería un drama. El próximo lunes, de una forma u otra, se resolverá el paso electoral.

Y veremos cuál será el contragolpe para el Gobierno. Quien ya ha pedido confianza en el decreto ómnibus, que debería bloquear el referéndum sobre la energía nuclear. La oposición protesta y todo apunta a que incluso el regreso de la política a Roma estará marcado por la confrontación.

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