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La industria del cuero apuesta por la sostenibilidad

Se ha firmado un acuerdo en el centro de bronceado de Campania para controlar la producción industrial y el impacto en el medio ambiente. La zona está atravesada por el río Sarno, uno de los más peligrosos de Italia.

La industria del cuero apuesta por la sostenibilidad

El distrito de bronceado más grande de Europa, en el sur de los Apeninos, quiere liberarse de la acusación de contaminar las aguas subterráneas y los cursos de agua. En particular, de haber dañado gravemente el río Sarno, durante décadas el más peligroso de Italia. En una de las zonas más industrializadas del Sur, quizás se abre un nuevo capítulo. Una fase regeneradora a la que no son ajenas las quejas de la Región encabezada por Vincenzo De Luca.

El punto de inflexión debería venir de la firma de un acuerdo entre la Estación Experimental de Pelli (SSIP) y el Distrito de los Apeninos del Sur. Edoardo Imperiale, Director de la SSIP y Vera Corbelli, Secretaria Distrital, se comprometieron a realizar controles sobre el impacto ambiental, sobre el estado de las plantas y procesos productivos de las empresas asignadas. 3.000 pequeñas y medianas industrias con el sector del curtido, cuero y marroquinería a la cabeza. Un sector que factura el 14% de las actividades de un área entre las provincias de Avellino y Salerno con alrededor de 1 millón de habitantes.

La concentración del polo de bronceado italiano en este pedazo del Sur nunca ha tenido una vida fácil. Los vertidos descontrolados, las protestas, los comités, las incautaciones de plantas, han estado en conflicto durante mucho tiempo con las exportaciones, la calidad del producto, las marcas conocidas. Un concentrado de trabajo pero también de astucia, controlado por Comisarios Extraordinarios, también en detrimento de la "ciudadela" del tomate San Marzano del Agro Nocerino Sarnese. El fantasma ambiental son los 23 km del río Sarno. “La combinación de la alta densidad de población y la presencia de actividades económicas altamente contaminantes ha creado una situación ambiental extremadamente precaria, que constituye un obstáculo para el desarrollo de la zona”, señala Protección Civil.

Sin embargo, el acuerdo firmado tiene un doble valor: comercial y ambiental. Por un lado, a través del SSIP, quiere proteger Made in Italy contra la falsificación, rastreando los materiales utilizados, eliminando obstáculos para el funcionamiento del mercado. Por otro, quiere ser parte de una ansiada remediación ambiental, para cuidar el territorio en el que operan industrias de renombre. Un camino hacia una nueva sostenibilidad a incluir en las estrategias empresariales del Distrito: “Ha llegado el momento de un cambio de rumbo y de paradigma – dice Vera Corbelli, Secretaria del Distrito Sur de los Apeninos -. Es hora de poner la protección y puesta en valor de nuestro patrimonio en primera línea entre las prioridades de todos nosotros, entre las que tiene un papel especialmente importante el agua y el suelo” .

Durante el confinamiento las aguas del Sarno estaban claras; en el verano volvían oscuros y malolientes. La necesidad de seguir trabajando y produciendo sin artificios parece real. Los polos industriales agroalimentarios y de curtidos -explica Protección Civil- son industrias motoras de la economía local, pero también la mayor fuente de contaminación ambiental de toda la zona. Un acuerdo entre dos entidades que también trabajarán con el CNR, ENEA, el Clúster Nacional de Química Verde, es sin duda un buen comienzo, pero necesita hechos concretos que realmente hagan que las empresas vayan de mal en bien. En interés de todos.

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