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Italia 2020: salir adelante con el Conte bis o incluso no

Italia necesitaría de todo menos de un gobierno que se limite a salir adelante, pero el estancamiento económico, la incertidumbre política y el hervor de las tensiones internacionales parecen tener que acompañarnos incluso en el año que está por comenzar - Pero en política nunca digas nunca

Italia 2020: salir adelante con el Conte bis o incluso no

La Navidad nos empuja a ver el mundo de rosa y es una buena ocasión para recordar, en el diluvio de malas noticias que nos envuelve, al menos Tres aspectos reconfortantes con los que se cierra 2019.

EL REGRESO A EUROPA

La más importante es que en la segunda mitad del año, debido a la autoexclusión de la Liga de Matteo Salvini del Gobierno y el consiguiente nacimiento del Conte bis en la alucinante crisis del XNUMX de agosto, Italia finalmente ha regresado a Europa, de la que se había marginado culpablemente. Y con la vuelta completa a Europa se acabó la pesadilla de la salida del euro para la revancha de los mercados ante las provocaciones antieuropeas y antieuro de los diversos Salvini, Borghi y Bagnai y la alegre compañía de los 5 Estrellas que han costado los italianos mucho dinero con el aumento del diferencial en la primera parte de 2019.

EL CLIMA DEL ODIO SE TEMPERATURA

La segunda buena noticia es que La salida de Salvini del Viminale ha diluido por fin el clima de miedo, violencia, odio, rencor, rencor que primero afectó a los inmigrantes y luego se extendió a otros segmentos de la sociedad italiana, como nos hizo tocar las indecibles amenazas a la vida de la senadora Liliana Segre. El nacimiento de un movimiento juvenil pacífico y razonable como el de los Sardina completó el regreso de Italia al país civilizado que siempre ha sido.

LA ESPECTACULAR VINTAGE DEL BOLSO

La tercera buena noticia es el año espectacular de la Bolsa de Valores de Italia, reina de las listas europeas con un aumento del 30% que no se veía desde hacía años, a pesar de la debilidad de la economía -indicador del desfase entre las finanzas y la economía real- pero gracias a la abundante liquidez vertida en los mercados por la política ultraexpansiva del BCE, iniciada por Mario Draghi y continuado por Christine Lagarde.

Pero las buenas noticias terminan aquí y aquí. comienzan las espinas que se ciernen sobre Italia en 2020. Hay al menos tres con los que tendremos que lidiar.

EL ESTANCAMIENTO ECONÓMICO

La primera, a pesar de las hazañas de la Bolsa, es estancamiento economico que no nos abandonará ni aun en el año que está por abrir. Es difícil establecer si tiene o no razón Larry Summers (el famoso economista nominado al Premio Nobel y ex asesor económico del presidente Bill Clinton), quien fue el primero en plantear la hipótesis de la llegada de un estancamiento secular para la economía mundial. Por ahora, la creación de millones de nuevos puestos de trabajo en Estados Unidos y el reinicio de China parecen desmentirlo, pero ciertamente para Italia el estancamiento no es una hipótesis, sino una realidad que dura al menos veinte años y que ya no puede considerarse una enfermedad estacional. El modesto presupuesto de 2019, en el que se estima que el PIB ha crecido un 0,2 %, y las igualmente modestas previsiones para 2020, en las que se espera que la economía italiana crezca medio punto porcentual, nos recuerdan que sobre el estancamiento italiano el telón está lejos de caer.

Pero como Italia no crece desde hace décadas como en el pasado y crece cada vez menos que otros países europeos, es hora de que -sin pretensiones- nos preguntemos sobre las razones profundas del estancamiento italiano y sobre todo pensemos en cómo para finalmente invertir la ruta. En verdad, hay poco por descubrir, pero hay mucho por hacer. Economistas de diferentes escuelas de pensamiento coinciden en que la crisis de productividad está en la raíz de la falta de crecimiento de Italia, no sólo la del trabajo sino la general, y que la crisis de productividad va acompañada y al mismo tiempo efecto de crisis de inversión, tanto pública como privada, y falta de reformas estructurales.

INCERTIDUMBRE POLÍTICA

Pero si el estancamiento económico tiene sus raíces en la tríada productividad-inversión-reformas y de ahí se desprende la caída de la confianza de familias y empresas, hay quienes no logran ver la estrecha interrelación entre la debilidad de la economía y incertidumbre política que ha dominado Italia durante demasiado tiempo y que representa la segunda gran incógnita de 2020.

En los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, los políticos de varios colores estaban acostumbrados a imaginar el futuro de Italia en un horizonte temporal de 10 o 20 años, mientras que hoy la política italiana tiene como horizonte el próximo mes, como si la solución de todos nuestros problemas dependía únicamente de los más importantes elecciones regionales de Emilia-Romagna el 26 de enero.

¿Qué pasará a nivel nacional si los electores de Emilia-Romaña confirman al excelente presidente Stefano Bonaccini? ¿Qué pasará si en cambio la Liga y el centroderecha consiguen conquistar uno de los últimos reductos rojos de la izquierda? Según algunos, en caso de una derrota de Bonaccini y del Partido Demócrata, la secretaría de Zingaretti se tambaleará y también se tambaleará el gobierno de Conte 2. Pero también hay quienes afirman exactamente lo contrario, a saber, que, en caso de una derrota en Emilia-Romaña, el PD cuidará de no acelerar la carrera hacia las elecciones generales y se concentrará en torno al gobierno tras la sorpresiva investidura del primer ministro Conte como nuevo líder del frente progresista, a pesar de su pasado populista con los Cinco Estrellas, su gobierno con la Liga y de su posterior paso -¿cómo llamarlo si no transformista? – al frente del nuevo gobierno junto con el Pd.

Sea como fuere, tanto si el Cargo 2 permanece en pie como si no., la supervivencia de la memoria de Andreotti y la navegación visual parecen ser las señas de identidad inequívocas de esta etapa políticay de este Gobierno, que está y sigue estando a años luz de los desafíos trascendentales que nos presenta nuestro tiempo. La globalización, el cambio climático, la crisis demográfica, los nuevos desafíos tecnológicos, las migraciones masivas a Europa pero también la huida masiva de los jóvenes más calificados de Italia: ¿quién ha visto alguna vez una política en nuestro país capaz de enfrentar valientemente estas batallas? Perdemos el tiempo en polémicas mezquinas pero los grandes temas de nuestra época nunca desembarcan en el escenario político nacional.

TENSIONES INTERNACIONALES

Por eso la incógnita política es, tras el estancamiento económico y muy ligado a él, la segunda gran emergencia que nos depara el 2020. Pero también hay una tercera y es la debida a crecientes tensiones internacionales. Si Atenas llora, Esparta no ríe. Desde que Trump está en la Casa Blanca, Estados Unidos ya no es lo que conocíamos en el pasado y dado que ha perdido por completo su identidad, incluso Europa ya no es Europa. Con el Brexit, Boris Johnson prepara convulsiones en el Reino Unido (¿pero unidos hasta cuándo?) y Alemania, a punto de decaer bajo Angela Merkel, ya no es la locomotora de Europa, tanto por la devastadora crisis del automóvil como por la del bancos. Pero incluso Francia y España no lo están haciendo bien. Pero ¡ay de pensar que el dolor común es alegría a medias! ¿Qué pasa con las tensiones latentes en Hong Kong, Medio Oriente y África? ¿Y el desmembramiento de Libia?

Para nosotros, lo más que parece que nos depara el 2020 es un penoso flotar en un mar de problemas sin resolver y miopía política, pero la Navidad nos obliga a no perder la fe y a esperar que, tarde o temprano, alguien les abrirá los ojos.

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