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ENTREVISTA A MARIO NOERA – “¿Ayuda a España? Demasiadas condiciones retrasarán la recuperación”

El profesor de derecho y economía de los mercados financieros de Bocconi, expresidente de AIAF (la asociación italiana de analistas financieros), reitera su tesis: "La política de rigor por sí sola no puede ser la panacea para los problemas, y las condiciones rígidas para acceder a las ayudas arriesgan convirtiéndose en grandes obstáculos para la economía real”.

ENTREVISTA A MARIO NOERA – “¿Ayuda a España? Demasiadas condiciones retrasarán la recuperación”

Se acerca la hora de la ayuda a España. Europa da un paso más en el camino de la recuperación. "Ojala. Pero tengo fuertes dudas: temo que las fuertes condiciones impuestas para acceder a las ayudas se traduzcan en otros fuertes obstáculos para la economía real, complicando aún más el camino hacia la recuperación”. Mario Noera, profesor de derecho y economía de los mercados financieros en Bocconi, ya al frente de AIAF (la asociación italiana de analistas financieros) reitera su tesis: la política de rigor por sí sola no puede ser la panacea para los problemas de la periferia europea. “Estoy de acuerdo en que la austeridad monetaria es una medicina necesaria –subraya– pero no suficiente. Por el contrario, esta terapia, sin las medidas correctoras necesarias, corre el riesgo de ser contraproducente también desde el punto de vista financiero, como demuestran los últimos datos sobre PIB y necesidades”.

No obstante, el acceso de España a las ayudas del MEDE, junto con las compras del BCE, marca un punto de inflexión. Como lo demuestra la reacción de los mercados…

Sin duda, es un elemento disuasorio muy eficaz contra la especulación financiera. Pero este remedio extremo por sí solo corre el riesgo de ser un gran paliativo que no ayuda a resolver los problemas. Digamos una morfina grande que adormece el dolor pero no estimula la reacción del cuerpo. No estoy seguro de si, al final, el efecto es beneficioso”.

En resumen, el juego no ha hecho más que empezar…

La salida de capital de la periferia hacia el centro de la zona del euro, el resultado más peligroso de la crisis, aún no se ha detenido. Los sistemas bancarios dentro de la UE se están renacionalizando a medida que frenan los flujos de transferencia dentro de la unión monetaria. En este contexto, la necesaria intervención del BCE tiene el valor de un tónico cardíaco para un enfermo cardíaco, por usar otra metáfora médica.

Pero, ¿cuál puede ser la solución?

Mayor coordinación de las políticas fiscales, sin perseguir utopías ni propuestas maximalistas. Veo con gran desconfianza la mapa de carreteras hacia la unidad política o el proyecto de un presupuesto federal de la Unión Europea. Propuestas tan ambiciosas me hacen sospechar que, en realidad, quienes las proponen no quieren hacer nada. La verdad es que hoy se podría hacer mucho más pero con menos.

¿Eso?

El capital puede ponerse en circulación para el desarrollo de mil maneras sin perturbar reformas constitucionales ni compromisos solemnes. En realidad, si excluimos la intervención del banco central europeo, nada ha cambiado. Ahora bien, para activar una intervención a favor de España se requieren condiciones que sirvan para inhibir aún más los posibles, débiles, signos de recuperación.

¿Será capaz la Santa Alianza de Bancos Centrales de mover la política? Tras las decisiones de la Fed, que en la práctica ha decidido poner hasta 2.000 billones de dólares al servicio de la recuperación del empleo, una de dos cosas: o sigue Europa, o el euro sube a cotas imposibles…

No soy optimista. Dudo que Mario Draghi pueda practicar en Europa una política tan agresiva como la de la Reserva Federal que, entre otras cosas, encuentra justificación en los próximos pasos de la política interior americana. El banco central quería anticipar el riesgo real de enfrentar una deflación salvaje provocada por la acantilado fiscal. En Europa, incluso frente a la oposición declarada del Bundesbank a opciones en esa dirección, es difícil practicar la misma estrategia. En resumen, hay una falta de coordinación de las políticas monetarias. Y este es otro problema.

La situación, por tanto, no mejora. Y corre el riesgo de empeorar. Pero, ¿cuál puede ser el punto de inflexión?

Las elecciones. Creo que las elecciones alemanas pueden marcar la reacción contra la desafección política, que afecta en cierta medida a todos los países. Y, sobre todo, contra el virus del populismo. Sólo una fuerte investidura popular puede dar el punto de inflexión necesario para poner en marcha una política de crecimiento. Sin los cuales la austeridad corre el riesgo de convertirse en una camisa de fuerza. 

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