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Impregilo, la duda de la facturación: Salini como sustituto de Ligresti en Igli

La incursión del grupo romano en el gigante de la construcción quizás no fue una sorpresa para todos los accionistas - Los directamente implicados lo niegan, pero las dudas rondarán en la reunión del viernes entre Benetton, Gavio y Ligresti - Esta última compañía tiene ahora una participación similar al de Salini y el anterior no falta: Rocca ya fue sustituido dentro del pacto.

Impregilo, la duda de la facturación: Salini como sustituto de Ligresti en Igli

Pietro Salini, tras aterrizar en la capital de Impregilo, envía señales de paz. La compra, explica a Corriere della Sera, no esconde intenciones hostiles. Por el contrario, el objetivo es solo industrial: en una situación difícil como la actual, se necesitan dimensiones empresariales y una potencia financiera mucho mayor que la de las primeras empresas italianas. Por tanto, el camino de las alianzas (y de la integración) entre los grupos dirigentes es obligado. Eso sí, hará falta paciencia para digerir la novedad. Pero Salini, que acaba de digerir la compra de Todini, es del tipo paciente.

Hasta aquí el entramado industrial, sin duda sensato. Pero lo cierto es que el grupo romano irrumpe en Impregilo en un momento delicado para el equilibrio del gigante presidido por Massimo Ponzellini. Una entrada en escena en un momento tan perfecto como para despertar una sospecha: ¿la incursión de Salini en Impregilo fue realmente una sorpresa para todos los accionistas de Igli? La pregunta tácita flotará como una nube molesta en la sala donde se reunirán el viernes los representantes de las familias Benetton, Gavio y Ligresti, que controlan a partes iguales al líder italiano de la construcción. Para los tres, al menos oficialmente, la compra del 8,3% de Impregilio (todavía sube un 1,93% al día siguiente del anuncio) por parte de Salini-Todini por 65 millones fue inesperada.

Pero eso cae en un momento particular de la vida de la empresa presidida por Massimo Ponzellini, que estos días atrae las dificultades como una especie de imán humano. En efecto, la reunión del viernes tiene en agenda el préstamo de 223 millones que Impregilo tiene con Mediobanca y Unicredit, con vencimiento a finales de octubre. Aparentemente no hay problemas, también porque Impregilo finalmente ve una solución al pago a largo plazo por el incinerador de Acerra. Solo es cuestión de decidirse entre una solución puente, es decir, la solicitud de renovar el préstamo por nueve meses por un importe de 150 millones a los que se sumaría un préstamo de accionistas de 73 millones.

La fecha no es casual: en nueve meses vencerá el contrato de sindicación, que finalmente tendrá que ser cancelado tres meses antes. O, como pide Gavio, proceder con la disolución del acuerdo seguido del estofado de las acciones de Impregilo para ser atribuidas a prorrata de la porción de las deudas. Será la posición de Unicredit, por un lado socio y principal financiador de Fonsai di Ligresti y acreedor solidario con Mediobanca di Igli, una criatura a la que Ligresti no quiere renunciar en absoluto. Aquí hay una sospecha: ¿No es que Salini es el reemplazo ideal de Ligresti en Igli?

La participación, 8,3% contra 9,9%, ahora es similar; la anterior (la salida de Rocca en el pasado sustituido por Ligresti) no falta. Unicredit ha heredado a través de Capitalia sólidos lazos con el grupo Salini. La hipótesis es desmentida, por ahora, por Gilberto Benetton: "El pacto Igli no se puede tocar", dijo al margen de la reunión de Assonime, limitándose a comentar, a propósito de la entrada de Salini, que "todo el mundo es libre de comprar el acciones que quiere”. Pero la sensación es que el juego acaba de empezar.

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