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El significado oculto en un símbolo del arte: el beso

El significado oculto en un símbolo del arte: el beso

El coronavirus nos está robando gran parte de nuestra humanidad. En los últimos días escribimos sobre PrimeroEnLínea en el abrazo como manifestación icónica, simbólica, esencial en las relaciones humanas. Dos personas que se acercan, que entrelazan sus brazos y cuerpos representan la más amplia paleta de sentimientos que van desde la amistad hasta el amor. “Mantener las distancias” como medir la separación física entre individuos en centímetros es, y quizás lo sea por mucho tiempo, el duro precio a pagar por este drama que todos estamos viviendo. El Abrazo, por tanto, como símbolo, signo y significado de un momento de nuestra historia que corre el riesgo de hacerse trascendental si no volvemos pronto a su "normalidad".

Pero hay otro comportamiento igualmente icónico y simbólico, que también está en riesgo y amenaza muy alto: el beso. En las ciencias sociales, en la antropología en particular (Desmond Morris), el beso parece tener su origen cuando las antiguas madres prehistóricas masticaban la comida y luego se la pasaban por la boca a sus pequeños. Posteriormente, el beso sufrió diversas “mutaciones” y en diferentes zonas del mundo tiene diferentes significados y códigos simbólicos. En Occidente, en cambio, se ha consolidado como manifestación de una fuerte relación entre dos personas, ya sea que estén unidas por un simple sistema afectivo o por una pulsión amorosa y de relación sexual. 

El arte, en todas sus representaciones ya lo largo de su historia, no podía dejar de captar este momento tan significativo en la naturaleza humana. En la Villa Romana de Piazza Armerina hay un mosaico con una bella figura de un beso "romano" (los historiadores han escrito sobre "ius osculi") y, también de época romana, el bello beso extraído de los frescos de Pompeya (ahora en el Museo Arqueológico de Nápoles). Es necesario entonces llegar a Giotto, en la Capilla de los Scrovegni en Padua, alrededor de 1300 para observar lo que se considera el primer "beso" en la historia del arte donde Anna y Gioacchino, los padres de la Virgen, intercambian el gesto más importante de Amar. El beso que Dante recibe de Virgilio y escribe en el canto VIII del Infierno llegará después de un par de siglos: "Lo colo entonces con sus brazos me rodeó; bésame su rostro, y dijo: «Alma desdeñosa¡Bendita la que fue incisa en ti!.  Es un gesto que no parece haber recibido una "transcripción" artística pero que sin duda ha marcado un paso importante en la "lectura" social del beso.

Para llegar a la era moderna, la escultura y la pintura han mostrado el beso en obras maestras de la historia del arte. Mencionemos sólo algunos de los más famosos: ya hemos escrito sobre Auguste Rodin con el abrazo y su trabajo sobre el beso no es menos; ante él todavía Antonio Canova con su obra maestra Cupido y Psique; finalmente, el muy moderno Bacio di Constantin Brancuși y el provocativo beso de mármol de Jeff Coons. La pintura, en cambio, nos ha dado imágenes quizás más icónicas, más sólidas en la memoria: la de Francesco Hayez, conservada en Brera, podría ser la más conocida y utilizada en mil variantes. Pero tal vez lo sea Los amantes de René Magritte la que nos devuelve a la actualidad, con las dos figuras cubiertas por un velo en el momento de besarse, tal y como podría ocurrir ahora con el uso de máscaras antivirus. No olvides El beso de Picasso.

Finalmente, el beso en la historia del cine merece un párrafo aparte. Desde la primera "El Beso" que se proyectó en una gran pantalla en 1896, suscitando gran escándalo y desaprobación, hasta la más conocida del siglo pasado. Mencionamos algunos: en el casi absoluto primer lugar Ingrid Bergman y Humphrey Bogart en "Casablanca" es la secuencia inimitable jamás mostrada en la pantalla grande. A raíz de un beso para el mundo de los niños (pero no solo), el del Príncipe a la Bella Durmiente, la famosa obra maestra animada de Disney como la de "La dama y el vagabundo". Cómo olvidar el beso de Gertie al alienígena en “ET”. Obligatorio citar  "Lo que el viento se llevó" con Clark Gable y Vivien Leigh.

Para quedarnos con el simbolismo de las imágenes, merece una última mención la fotografía tomada en Times Square en 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial, entre una enfermera de la Cruz Roja y un marinero. Era el final de un drama universal y ¿qué podía ilustrarlo mejor sino un beso apasionado?

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