Mantén la distancia... aléjate... evita el contacto cercano: estas son las recomendaciones más difundidas sobre el comportamiento a adoptar en medio de la emergencia del Coronavirus. Sin embargo, es precisamente la cercanía entre los cuerpos, los brazos que se estrechan alrededor de otra persona para expresar sentimientos y pasiones son quizás el signo más distintivo, más característico de nuestra existencia, de nuestra humanidad y de la civilización misma. El Covid quiere privarnos de todo esto y, en su mayor parte, lo ha conseguido. El virus nos quiere robar uno de los gestos más sociales y universales que la humanidad ha podido expresar jamás: la abrazo.
La imagen de un abrazo es casi un signo de actualidad, un icono, un rasgo visual que es también una emoción. Un abrazo es capaz de expresar la síntesis de pensamientos, de impulsos afectivos o amorosos. Un abrazo expresa el lenguaje del cuerpo sin el uso de palabras o miradas: son sólo y simplemente dos cuerpos que se acercan y se abrazan.
El arte ha captado muy bien este gesto y lo ha representado en formas sublimes e inolvidables. En la oscuridad de la cripta de la Catedral de Siena, de Duccio da Boninsegna, se representa un abrazo lleno de profunda intensidad y emoción: María envolviendo el cuerpo de Cristo como pocas veces el arte ha podido ilustrar.
El abrazo en la historia del arte ha tenido innumerables representaciones. En este día de Pascua, en estos días de obligado "desprendimiento social" ofrecemos un Buen Deseo con un Abrazo "virtual" como lo ha propuesto y narrado el arte desde siglos pasados hasta nuestros días con esa imagen simbólica de la enfermera en bata y máscara que abraza tiernamente a Italia.
Entre los muchos abrazos, mencionamos solo los más conocidos: en escultura partimos del abrazo más antiguo y famoso de la cónyuges etruscos representados en el sarcófago que los unió para siempre (conservado en el Museo Cerveteri) al famoso El amor y la psique de Canova hasta El beso de Auguste Rodin. En pintura se puede ir desde las Tres Gracias de Rafael hasta Héctor y Andrómaca de Giorgio De Chirico; deAbrazo de Gustave Klimt para llegar a Embracing de Jack Vettriano y el muy moderno y muy misterioso Bansky con sus Mobile Phone Lovers.
Por último, podemos recordar que parece tener orígenes celtas. el uso de abrazar arboles como testimonio de vida, de respeto por la naturaleza, por el medio que nos rodea. Muchos todavía lo hacen pero un ser querido al que abrazar es otra cosa. Tenemos muchas ganas de volver a abrazarnos pronto, como sea y donde sea y, a ser posible, sin mascarilla.