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Consob, demasiadas omisiones en el informe de mercado

El presidente Vegas pidió al sistema político nuevas reglas para la transparencia de los mercados financieros pero se olvidó de examinar los conflictos de interés surgidos en 2015, la disminución del número de empresas cotizadas, el papel excesivamente complaciente de los analistas financieros y no financieros informados en los resultados de las inspecciones: puede ser hora de prohibir a los bancos colocar sus acciones directamente con los titulares de sus cuentas

Consob, demasiadas omisiones en el informe de mercado

Más que un Informe al mercado, el presidente Vegas se dirigió al sistema político en la tradicional ceremonia anual en Piazza Affari, a la que pidió nuevas reglas para la transparencia de los mercados financieros. En opinión del presidente, parece percibir la idea de que la transparencia de la información puede fluir de forma natural de los folletos una vez que están redactados de forma simplificada y comprensible para el lector y el inversor.

Creo que el mercado, y no los políticos, habría esperado más dados los acontecimientos de 2015.

Por ejemplo, la Reunión con el mercado financiero carece de referencia a los conflictos de interés, y cómo superarlos, entre emisor y ahorrador, como sucedió en el caso de los pequeños bancos ahorrados (tema reducido en la página 30 del Informe Completo a un lugar insignificante y anotación cautelosa de que "un primer perfil se refiere a la posible intensificación de los conflictos de intereses entre los bancos y los clientes"; la disminución del número de empresas cotizadas (de 272 en 2010 a 242 en 2015) una señal de la falta de atractivo de la bolsa de valores italiana, a lo que podría contribuir la regulación Consob, y su endémica manipulabilidad operativa, no sabemos cuánto sancionada; al papel de los analistas financieros y al asesoramiento operativo de los estudios monográficos que siempre han favorecido Comprar (58%), frente a Hold/ 35%) y casi nunca Vender (6,7%), en evidente "complacencia" con el emisor, etc.

Una omisión prudente y singular de información al mercado financiero podría conducir a un exceso de confianza en los ahorradores. De hecho, el presidente Vegas asegura que, desde 2007, Consob ha realizado unas mil intervenciones de supervisión en el ámbito de los servicios de inversión. En general, cubrieron alrededor del 90 por ciento de los ahorros invertidos en instrumentos financieros atribuibles a clientes minoristas. Hubiera sido interesante que durante la celebración solemne también se informara al mercado de los resultados de las inspecciones para evitar generar una confianza ficticia en el inversor en la eficacia de la supervisión de Consob. ¿Está bien, presidente Vegas? ¿Podemos estar tranquilos por los servicios de inversión y creer que el caso de los cuatro bancos se ha pasado por alto al estar incluido en ese 10 por ciento no sujeto a inspección?

Es una omisión que parece haber olvidado la advertencia del profesor B. Black de la Universidad de Stanford en los EE. UU., a saber, que “hay magia en los mercados de valores. Los inversores pagan enormes cantidades de dinero por tener derechos intangibles, cuyo valor depende de la calidad de la información que recibe el inversor y de la honestidad de otros señores de los que el inversor no sabe casi nada”. Por tanto, no sólo la "calidad de la información" sino también la "honestidad de los demás señores" que recuerda el tema del gobierno de las sociedades anónimas que, aunque no cotizan, colocan sus propias acciones o bonos en la cartera de los ahorradores, supuestamente informados sobre la combinaciones de riesgo e inversión de lo que le está proponiendo la honradez de los demás señores. El presidente Vegas habría podido recordar, en esta solemne ocasión, que "con el creciente desarrollo de las sociedades anónimas, se forma, pues, una técnica financiera particular cuyo fin central consiste en asegurar el control del mayor capital posible con el menor número posible de otros capital del pueblo". Son palabras que podrían haber salido de la pluma de un chico de Chicago hoy, o de la de un consultor financiero, o del presidente de una estructura piramidal como las que abarrotan la bolsa de valores italiana; oa Roberto Calvi, que ejercía el control del Banco Ambrosiano con un paquete accionario muy limitado. En cambio, son palabras que salieron de la pluma de Rudolf Hilferding, quien en 1909 las expuso en su obra "Capital financiero" (traducido por Feltrinelli en 1961, p. 140), y quien también había postulado apropiadamente tales palabras que "la capacidad de disponer del capital de otras personas es en todo ventajoso (...), la gestión de una empresa, independientemente de cualquier otra consideración, tiene una importancia decisiva para poder influir en el movimiento de la propiedad de las acciones en la bolsa” (p. 139). En resumen, poco capital propio para maniobrar mucho capital ajeno. Quizá sea el momento de reflexionar sobre si no es adecuado, tras los acontecimientos de 2015, impedir que los bancos coloquen directamente sus acciones en las carteras de sus cuentacorrentistas, aunque se supone que deben estar informados.

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