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Aerolíneas y Covid-19: los números (pesadillas) de la crisis

Tráfico aéreo vertiginoso, puestos de trabajo en riesgo, presupuestos en rojo intenso y grandes incertidumbres de futuro: una instantánea del sector de la aviación, uno de los más afectados por la crisis desencadenada por la emergencia del Covid-19

Aerolíneas y Covid-19: los números (pesadillas) de la crisis

La llegada de la temida segunda ola de contagios de la Covid-19 a muchos países europeos ha apagado las esperanzas de reanudación del tráfico aéreo, agudizando la crisis de la aviación civil, uno de los sectores más afectados por las consecuencias económicas de la emergencia sanitaria. 

En los meses de confinamiento, las empresas globales se han visto obligadas a dejar sus aviones estacionados en estacionamientos debido a las restricciones impuestas a nivel mundial. A partir de junio, junto con las reaperturas, llegaron los primeros tímidos signos de recuperación que habían llevado a muchos analistas a estimar un repunte parcial en la segunda mitad de 2020. Sin embargo, desde mediados de agosto, muchas empresas se han vuelto a sumergir en la pesadilla.: los vuelos son pocos, los pasajeros aún menos y el aumento de contagios ha aumentado los temores de los viajeros, que prefieren quedarse en tierra y evitar tomar aviones por miedo a contagiarse. El hecho de que la situación también empeore muchos países imponen cuarentena de 14 días a los ciudadanos que llegan de otros estados, decisión que empuja a muchas personas a renunciar a los viajes de negocios o de placer.

Las consecuencias de esta realidad están en los números: El tráfico aéreo internacional se desplomó un 92% en agosto en comparación con el mismo mes de 2019. “El tráfico de pasajeros en el verano no repuntó, no hubo el crecimiento que esperábamos. Frente a los 10 millones de pasajeros al día antes del coronavirus ahora hay un millón. Para tener crecimiento debemos llegar a 4-5 millones por día”, explicó Alexandre de Juniac, director general de IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo), que reúne a 290 aerolíneas en todo el mundo.

La situación es especialmente difícil en Europa, donde según las previsiones de la institución en 2020 el tráfico aéreo caerá un 60% en comparación con 2019, poniendo en riesgo más de 7 millones de empleos. En cuanto a los países individuales, IATA pronostica que el tráfico disminuirá un 65% en Francia, Reino Unido y Alemania, un 63% en Italia y España, incluso un 79% en Noruega. En cifras estos datos provocarán un agujero de $ 84 mil millones en los presupuestos globales, a pesar de la enorme ayuda pública proporcionada a las empresas por países individuales. 

Solo para dar un ejemplo llamativo, Lufthansa hasta la fecha ha perdido 500 millones de euros al mes, cifra que ha obligado a la compañía alemana a sanear la flota que tenía presupuestada en 1,1 millones de euros en el tercer trimestre, dejando en tierra 150 aviones y aumentando aún más los despidos previstos (que ya había 22 mil). 

Alitalia, por su parte, en los primeros ocho meses de este año transportó algo menos de 5 millones de pasajeros, un -66% sobre los ocho meses de 2019 (datos Corriere della Sera). En el primer semestre de 2020, la compañía quemó alrededor de 490 millones de euros, una cantidad desorbitada que hace aún más impenetrable el camino al rescate. 

El coloso también está en gran dificultad. Air France-Klm, que a pesar de los 10 millones de ayuda recibidos, según el consejero delegado Ben Smith puede necesitar una "posible recapitalización". Al otro lado del océano, no les va mejor empresas estadounidenses, que han pedido ampliar el plan de ayudas estatales que vence a finales de mes por otros 6 meses, proponiendo una nueva inyección de recursos por 25 millones de dólares.

 Para intentar cubrirse y ahorrar parte de los ingresos de la temporada de invierno, IATA ha propuesto una solución que podría animar a los ciudadanos a viajar, evitando la obligación de la cuarentena: la introducción de pruebas rápidas anti-Covid que se realizarán en el aeropuerto antes de abordar un vuelo internacional. En Italia ya se está probando esta opción en vuelos entre Roma Fiumicino y Milán Linate. En unas pocas semanas podría convertirse en una regla en todo el mundo.

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