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Cerámica, los turcos de Seramiksan compran el 50% del grupo Rondine a Emilia

El grupo turco Seramiksan adquiere una participación del 50% en Rondine Group, una empresa histórica perteneciente al distrito industrial cerámico de Sassuolo. La lógica de la asociación, desde el punto de vista de la empresa Rubierese, se encuentra en el intento de interceptar la demanda proveniente de la cuenca mediterránea.

Cerámica, los turcos de Seramiksan compran el 50% del grupo Rondine a Emilia

La última evolución del grupo cerámico Rondine Group, que en 2006 había adquirido el fondo de capital privado Progressio Sgr, finalizó con la llegada de los turcos de Seramiksan, que entraron en el capital de la compañía con una participación del 50%.

Se trata de una adquisición con un fuerte valor simbólico, que afecta al histórico barrio cerámico de Emilia (precisamente el ramal norte de Rubiera) y que sigue en unos días a otra operación de ampliación del grupo turco, Kutahya Seramik, que abrirá una plaza de 2000 showroom de metros cuadrados en Fiorano Modenese, todavía en el corazón del azulejo made in Italy.

Pero el Grupo Rondine, que cuenta con 296 empleados y facturó 63 millones de euros en 2012, espera una nueva primavera.

“Desde mi punto de vista, acabamos de firmar una asociación industrial, que nos abre los mercados globales en un momento de fuerte debilidad en la demanda interna. Nos gustamos desde la primera reunión, hace un año, con la familia Demirdover que ha controlado Seramiksan durante cuatro generaciones y ahora nuestro objetivo es desarrollar sinergias en investigación y tecnologías juntos, integrando nuestras producciones”, dice Lauro Giacobazzi, presidente y CEO de Grupo Rondine.

Precisamente la posibilidad de explotar el enorme potencial de mercado de la cuenca mediterránea fue el leitmotiv de la alianza. Al grupo Rubierese se le ha asegurado la más amplia autonomía de gestión y acceso a nuevos recursos del socio turco, lo que también le permite estudiar posibles expansiones de producción.
“Los productores de cerámica turcos están experimentando nuestro auge de los años XNUMX, con la demanda interna absorbiendo casi toda la producción, las materias primas detrás de la fábrica y sin escatimar gastos a la hora de invertir”, observa siempre Giacobazzi.
En los tres primeros meses de este año, Rondine ya ha crecido un 23%, continúa el consejero delegado, y espera mantener una tendencia por encima del 15% de aquí a diciembre.

La integración entre dos realidades aparentemente distantes, en cambio, parece bastante fácil. La industria cerámica turca es, de hecho, hija de una tendencia de desarrollo de la industria cerámica italiana, y de Sassuolo en particular: la de la oferta de maquinaria e incluso fábricas enteras “llave en mano”. Esto permite que las dos empresas hablen el mismo idioma en términos de tecnología, esmaltes, procesos o proveedores. El segmento de la producción de maquinaria para el sector cerámico es un caso raro en el que Italia marca la pauta.
Esta es la forma habitual de evitar ser desplazado por los competidores extranjeros más agresivos. Para decirlo en palabras de Giacobazzi, debemos “ser siempre pioneros de la innovación y el diseño. Las innovaciones en el mercado son y deben ser siempre nuestras.”

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