“Querido amigo, te escribo para distraerme un poco y como estás lejos, con más fuerza te escribo”. Nunca una canción pudo haber sido más adecuada para lanzar el nuevo sello emitido por el Ministerio de Desarrollo Económico, junto con la Oficina de Correos de Italia, que muestra el rostro sonriente de Lucio Dalla. Así, siete años después de la muerte del querido cantautor boloñés, las palabras de su "L'anno chevenire" son aún más actuales.
El sello conmemorativo está disponible desde el 3 de octubre en todas las oficinas de correos del país y se imprime en 800 ejemplares, por un valor de 1,10 euros. Es parte de la serie temática "La excelencia italiana del entretenimiento": con Dalla, Giorgio Gaber y Pino Daniele también fueron homenajeados hoy.
El sello de Dalla sólo pudo ser emitido en la ciudad donde el músico nació en 1943 y vivió toda su vida y que sigue recordándolo vigorosamente a través de iniciativas como la de las iluminaciones en via D'Azeglio, el sitio histórico de su casa: el instalación con los escritos luminosos de "El año que viene" que tanto aprecian los turistas y no sólo.
Sobre la idea de elegir a Dalla, "no hubo ni diez minutos de dudas y discusiones en la comisión filatélica", dice Claudio Vescovi de Poste Italiane. El sello dedicado al cantautor boloñés se puede utilizar para correspondencia nacional hasta 20 gramos, o "para el 80% de los envíos que se hagan", añade.
“Recibimos con gusto este importante homenaje a Lucio Dalla, sus canciones, su música y su historia. El sello devuelve una de las imágenes más significativas de Lucio, con una leve sonrisa y un toque de ironía en la mirada, su forma de mirarse a sí mismo y de mirar el mundo, detrás de las lentes redondas y bajo el omnipresente gorro de lana. hecho por su tía Nerina”, explica Andrea Faccani, presidente de la Fundación Lucio Dalla.
Una imagen icónica para el músico, inmortalizada en la portada del disco "Lucio Dalla" de 1979: él con el casquete, gafas redondas y una mirada ligeramente desconcertada. Aunque, como siempre cantaba Lucio: “En Bolonia no se pierde un solo niño…”.
