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Burraco, un juego de cartas a medio camino entre Scala 40 y Canasta: así se gana

CONSEJO DE UN CAMPEÓN – Para derrotar a tus oponentes en un juego de cartas increíblemente exitoso y cada vez más de moda, necesitas sobre todo dos cosas: 1) administrar los comodines como los bienes de tu familia; 2) buscar pareja y hacer pareja estable con un poco de creatividad y un poco de sabiduría

Ganar siempre en Burraco es imposible, pero ganar a menudo y ser competitivo en muchas ocasiones, sobre todo en campeonatos y torneos, es realista. ¿El secreto? Administrar a los locos como si fueran bienes de la familia y, sobre todo, formar una familia, es decir, elegir a alguien con quien compartir la mesa verde, con quien consensuar una estrategia de juego, estableciendo unas reglas económicas y de lenguaje efectivas. .

Pero empecemos desde el principio. Burraco es un juego de cartas increíblemente exitoso, casi una enfermedad colectiva que afecta a hombres y mujeres, ricos y pobres, jóvenes y viejos en Italia desde hace algunos años, sin distinción de sexo, raza, religión. A primera vista, el misterio de este fenómeno radica en el hecho de que, una vez que aprendes las reglas básicas fáciles (es un "pináculo", un cruce entre Kalooki 40 y Canasta) todos pueden ganar algunas manos, incluso los jugadores más débiles contra más. experto. La suerte es el árbitro injusto y parcial de todo juego, porque de 108 cartas, 12 son comodines, es decir, 4 comodines y ocho pinelle (el 2). Sin embargo, los asistentes a los torneos saben que casi siempre son las mismas parejas las que cobran los premios acumulados. ¿Cómo? Debido a que los torneos se juegan mucho, las manos se suceden y la rueda gira. La suerte en Burraco es un poco como la suerte en la vida: la habilidad radica en saber aprovechar las oportunidades cuando se presentan y en la capacidad de contener los daños en la tormenta. Los partidos desafortunados, metafóricamente hablando, son los mejores, porque te dan la sensación de la lucha titánica del hombre contra el destino. Si sales con la frente en alto, sin que te aplasten los acontecimientos, estarás verdaderamente satisfecho. La alternativa, como siempre, es disfrutar del espectáculo, sea el que sea.

Para poder ganar tantas veces como sea posible, en el clásico juego de 4 jugadores, busca un compañero permanente, alguien con quien compararte en el juego. El estilo de pareja te permitirá comprender e interpretar el comportamiento de tu pareja, para enfrentarte a los oponentes con una madurez y conciencia fuera de lo común. Piensa en cuántas peleas estallan en la mesa en el mismo equipo: tenías que cobrar, no tenías que cobrar, tenías que descartar esa carta, tenías que atacar un comodín en esa pila, tenías que abrir este juego o aquel, había que salir en vivo, era mejor que lo descartaras… etcétera. El problema es que, normalmente, uno de los dos acierta, porque las elecciones no son todas iguales y tienen consecuencias, fácilmente medibles, cuando al final se cuentan los honores y los puntos. Pero las discusiones son estériles entre quienes juegan juntos ocasionalmente, son diálogos entre sordos, mientras que entre quienes están en pareja son fundamentales, porque ayudan a entender cómo piensa su pareja y a decidir, en conjunto, qué hacer. próximo.

El ejemplo más trivial es abrir un juego en la primera mano. Mi pareja y yo hemos ganado muchos torneos, así como el primer Campeonato Nacional con cartas preparadas (es decir que todas las parejas jugaban con las mismas cartas) siguiendo, al principio, una regla sencilla: quién, en la primera mano , abre un juego "sucio" (es decir, con comodín), cerrado (es decir, con el tonto pegado), tiene buenas cartas y otros comodines con los que contar. El mensaje es alto y claro y se lee más o menos así: amigo, tengo buenos recursos económicos y puedo lograr el primer objetivo que se ha propuesto nuestra pequeña empresa, que es llevar el pozzetto ante los oponentes, intenta ayúdame, porque luego tendremos que hacer el burraco y cerrar. No es menos importante la ayuda que puede brindar el “supporter”: debe realizar el contrajuego robando cartas a sus oponentes, acumular cartas para el burraco y, eventualmente, pasar la carta correcta a su compañero para cerrarlo. Roles claros y comportamientos consecuentes, esto te ayudará.

Cuanto antes puedan explicarse el uno al otro a lo largo del juego, mejor. Nunca engañes a tu pareja gastando inmediatamente el único comodín que tienes: podría ser el único “sustento” de la familia y si lo gastas mal te morirás de hambre, es decir sucumbirás por muchos puntos.

Sin embargo, una vez que comprenda la situación, puede presumir de sus posesiones, incluso si son escasas.

No cambie de línea, si esto está claro. No te dejes tentar por falsas sirenas, por algún papel bonito tirado en el montón de basura, si te ha de ir bien. Recuerda que, en esta competencia, quien vence al oponente en velocidad tiene una gran ventaja.

Burraco es un juego empírico, con los pies en la tierra: no sueñes grandes sueños si no puedes hacerlos realidad. No persigas la escalera si no puedes construirla. ¿Tienes tris para sobrevivir? Haz eso, te permitirán no morir de hambre en tiempos de escasez. Nunca te apegues a un juego, al contrario, siempre prepárate para cambiar de opinión. Pon tu creatividad al servicio de las cartas que tienes y no de las que quieres. Nunca tengas miedo de las cartas que tienes en la mano y que pueden ser útiles para tus oponentes: son excelentes descartes, verdaderas armas, para soltarlas en el momento adecuado, cuando te conviene y no con quien estés tratando.

Burraco, como muchos otros juegos, es básicamente una metáfora de nuestro día a día, un poco de locura, un poco de sabiduría, mucha disponibilidad, alguien a tu lado que te entienda y una buena dosis de economía doméstica te harán un excelente jugador.

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