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Bitcoin, el fantasma que acecha al mundo: eso es lo que es

La criptomoneda más extendida tiene rentabilidades estratosféricas pero está quitando el sueño a los banqueros centrales: porque existe un fuerte temor a que la burbuja explote y porque corre el riesgo de hacer estallar el sistema de pago tradicional. Veamos cómo.

Bitcoin, el fantasma que acecha al mundo: eso es lo que es

Un fantasma acecha a los bancos centrales: Bitcoin. La principal criptomoneda está empezando a hacer que los banqueros centrales pierdan el sueño, con dos preocupaciones principales. Primero, que la burbuja financiera que se desarrolló en Bitcoin podría, como todas las burbujas, explotar con consecuencias de pérdida de riqueza (real o percibida, no importa) y quiebras en las partes de la economía donde Bitcoin está inervado. En segundo lugar, que la creciente difusión de las criptomonedas podría socavar el sistema de pago tradicional, dificultando la operación de los intermediarios bancarios y no bancarios e incluso alterando los mecanismos de transmisión de la política monetaria. 

En cuanto al primer aspecto, bastan unos pocos números para confirmar que estamos casi seguros en una burbuja. Calculemos el retorno de una inversión en Bitcoin. Pues bien, la rentabilidad respecto al 31 de diciembre del año anterior fue de 189,1% en 2012, 5.428,7% en 2013, -56,1% en 2014, 34,2% en 2015, 124,3, 2016% en 1.033,1 y 2017% acumulado en lo que va de 2014. Por tanto , salvo la fortísima caída de 1, las rentabilidades son estratosféricas y 31 dólar invertido en Bitcoin a 2011 de diciembre de 2391 valdría hoy 2013 dólares. Además, 2017 y 65,8 son los años que muestran la progresión más implacable del valor de la criptomoneda. En los últimos meses, la cotización creció un 2017% en agosto de 8,6, cayó un -48,7% en septiembre y luego subió un 70,2 y un XNUMX% respectivamente en octubre y noviembre. Es interesante preguntar qué causó la caída temporal de Bitcoin en septiembre pasado. Bueno, la tendencia parece totalmente atribuible al hecho de que las autoridades chinas han anunciado la prohibición de las plataformas que permiten a las personas comprar o vender criptomonedas en China. 

Pero, ¿qué son las criptomonedas? La EBA (Autoridad Bancaria Europea) las ha definido como representaciones digitales de valor que no son emitidas por un banco central o autoridad pública ni están necesariamente vinculadas a una moneda de curso legal, sino que son utilizadas por una persona física o jurídica como medio de cambio y que pueden ser transferidos, almacenados y negociados electrónicamente.

Bitcoin, una criptomoneda teorizada por Satoshi Nakamoto, puede comprarse en una plataforma de intercambio con moneda tradicional y luego transferirse a una cuenta de Bitcoin personalizada conocida como "cartera electrónica". Usando esta billetera, los consumidores pueden enviar Bitcoins en línea a cualquier otra persona que quiera aceptarlos, así como convertirlos nuevamente en moneda fiduciaria tradicional (por ejemplo, euro, libra o dólar).

Si, por un lado, los beneficios potenciales son una mayor velocidad y comodidad de las transacciones, inclusión financiera y contribución al crecimiento económico, por otro lado, los riesgos para los usuarios y participantes del mercado son altos y, según el Banco de 'Italia, derivados, entre otros, de: 1) la falta de información, por incumplimiento de las obligaciones de información y garantías de transparencia; 2) ausencia de protecciones legales y contractuales; 3) ausencia de formas de control y supervisión, dado que la emisión y gestión de monedas virtuales, incluida la conversión en moneda tradicional, son actividades no sujetas a la supervisión del Banco de Italia o de cualquier otra autoridad en Italia; 4) riesgos de pérdida permanente de la moneda debido a mal funcionamiento, ataques cibernéticos, pérdida; 5) alta volatilidad del valor debido a los mecanismos de formación de precios (a veces opacos) y la ausencia de una autoridad central capaz de intervenir para estabilizar el valor; 6) riesgo de uso con fines delictivos e ilícitos, aunque las transacciones de moneda virtual son visibles, de hecho, los titulares de monederos electrónicos y, más en general, las partes involucradas generalmente pueden permanecer en el anonimato. La EBA, creyendo que un enfoque regulatorio adecuado para abordar estos riesgos requeriría un marco regulatorio sustancial, aconsejó a los supervisores nacionales disuadir a las instituciones de crédito, pago y dinero electrónico de comprar, mantener o vender moneda virtual. 

La actitud de varios países hacia Bitcoin difiere. Por ejemplo, mientras China quiere prohibirlo, Japón se inclina por permitir su uso. E incluso entre los economistas hay puntos de vista contradictorios. Entre otros, en un artículo reciente, Gur Huberman (estimado profesor de la Universidad de Columbia, junto con Jacob Leshno y Ciamac Moallemi) reconoce el valor creado por Bitcoin. En cambio, economistas del calibre de Kenneth Rogoff y Joseph Stiglitz, por una vez de acuerdo, creen que los estados deben intervenir. El primero piensa que esto debe hacerse para que la tecnología sobreviva pero se eliminen los riesgos de contaminación. Más radicalmente, Stiglitz cree que las criptomonedas deberían prohibirse. 

En resumen, el futuro de Bitcoin y otras criptomonedas actualmente es impredecible. Pero lo cierto es que los estados y los bancos centrales no podrán seguir haciendo la vista gorda. Y cuando llegue la intervención regulatoria es muy probable que, si el mercado no lo ha pensado ya antes, esa burbuja estalle sembrando, como es habitual, pérdidas y quiebras para los inversores de última hora. 

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