La nueva expresión con la que debe familiarizarse es “viabilidad política”. Dejando de lado las ambiciones de obtener el indulto del Jefe de Estado -camino intransitable para quienes han sufrido otras condenas o tienen otros juicios en curso-, Silvio Berlusconi entabla una negociación con el Quirinale. Il Cavaliere quiere garantizarse algún tipo de salvoconducto (¿indulto? ¿amnistía?), un pase que le permita permanecer oficialmente al frente del centroderecha a pesar de la condena final por fraude fiscal. Esta sería una medida a incluir en el marco de una reforma más amplia de la justicia, en línea con algunas sugerencias planteadas por los "sabios" el pasado mes de marzo.
La contrapartida que ofrece el ex primer ministro solo puede ser la estabilidad política, o el compromiso de no cuestionar la estabilidad del gobierno de Letta. Una propuesta que choca con la multiplicación de halcones en las filas del PDL y el Partido Demócrata y que también podría pasar por la renuncia anticipada del Cavaliere al Senado (sin esperar la votación del Consejo de Autorizaciones y de la Cámara) .
Los primeros abanderados institucionales de la operación fueron los líderes del grupo Pidiellini en el Parlamento, Renato Schifani y Renato Brunetta, que esta mañana se han reunido con el presidente de la República, que ayer regresó de vacaciones en Tirol del Sur. Después de la conversación, que duró aproximadamente una hora, los dos fueron al Palacio Grazioli para una cumbre con el estado mayor del partido. También estuvieron presentes en la residencia romana de Berlusconi el secretario Angelino Alfano, Daniela Santanchè, y los coordinadores Denis Verdini y Sandro Bondi.
Además, durante la tarde, el Caballero deberá reunirse con sus abogados, Niccolò Ghedini y Franco Coppi, para discutir la estrategia a seguir en relación a la sentencia. La sentencia confirmada el pasado jueves por la Casación es de cuatro años, pero tres quedan automáticamente perdonados por el indulto aprobado por el Gobierno de centroizquierda en 2006. El ex primer ministro tiene hasta mediados de octubre para elegir cómo cumplirá el año que le queda: podría pedir la asignación a prueba a los servicios sociales, o conformarse con el arresto domiciliario (que se concedería automáticamente por razones de edad).
La reducción de la pena prevista por el indulto no es sólo un amable regalo, sino también un detalle que podría resultar fundamental para el futuro político de Berlusconi. ¿Cuál es la verdadera sentencia impuesta al Caballero? ¿Un año o cuatro? Hace una gran diferencia, porque la ley anticorrupción aprobada el año pasado (con los votos cruciales del PDL) establece que quien sufra una pena mayor a dos años por delitos contra la administración pública no podrá ser reelegido.
El dictado parece claro, pero hay sutilezas. Y no sólo por el perdón. “La ley acaba de ser aprobada y no hay precedentes en los que basarse -subraya Andrea Augello (PDL) ponente del caso Berlusconi en la Junta Electoral-. En primer lugar hay que verificar si entramos en el supuesto previsto por la ley ".
Carlo Giovanardi tiene un tono mucho más definitivo: "La pena accesoria de 'inelegibilidad sobrevenida' no se le puede aplicar al senador Silvio Berlusconi ya que entró en vigor en 2012, mientras que los hechos por los que fue condenado datan de muchos años antes".
