Fue el propio Mario Lebole quien tuvo pasión por el arte y coleccionó todo, desde el arte etrusco hasta el contemporáneo, transfiriendo su pasión por los objetos refinados y exclusivos a su hija Nicoletta, abriendo a principios de los años 70 en Arezzo, su ciudad natal, una tienda de antigüedades y luego mudándose en 1984 a Roma, en via del Babbuino.
Lebole Gioielli, ¿cómo surgió esta idea?
Fue mi madre Nicoletta quien me transfirió su creatividad y pasión por el arte y la belleza, a tal punto que en 2013 decidimos juntas emprender una nueva aventura, crear una colección de objetos para vestir o mejor dicho pendientes que parten siempre de una larga historia. . Confeccionamos las primeras joyas con antiguos tejidos de kimonos japoneses que importamos de Oriente y que son hábilmente ensamblados por expertos sobre bases, en madera o en metal, convirtiéndose así en objetos únicos, refinados y exclusivos, pero sobre todo diferentes unos de otros, perfectamente asimétrico. La historia cuenta que Nicoletta, en un viaje a Japón, compra una serie de kimonos antiguos y junto con Paolo Perugini nacen los primeros aretes de kimono. Las obras de Perugini van desde esculturas ambientales hasta diseño; su característica fundamental es la recuperación y reutilización de materiales, dándoles otra y diferente vida. Además, su habilidad técnica y su visión artística de la realidad, combinadas con el bagaje cultural y el toque femenino de Nicoletta, hacen de las joyas Lebole verdaderas obras maestras.
¿Artículos de moda diseñados y creados para continuar una importante tradición familiar?
Seguro que la creatividad en el campo de la moda forma parte de nuestra familia. Todo parte una vez más del "tejido", el alma de la histórica marca Lebole para convertirse, hoy, también en arte y objeto de uso. Evidentemente todo revisitado con nuevas tendencias y sobre todo una nueva forma de vida, y el pendiente es sin duda el accesorio favorito de las mujeres: es la propia historia la que nos cuenta y describe en muchos cuadros.
Ha vuelto a elegir la ciudad de Arezzo como sede, ¿por qué?
En primer lugar porque el vínculo con Arezzo es muy fuerte, ningún otro lugar podría representarnos. Y así fue como quisimos crear un espacio propio donde originalmente estuvo la primera estructura Lebole Uomo. Es un lugar particular, donde conviven antigüedades, piezas de diseño, objetos y decoración para la mesa, todo de una forma muy personal donde hasta un invernadero-jardín cobra vida.
¿En qué se diferencia el producto Lebole Gioielli?
El pendiente Lebole mantiene siempre las mismas señas particulares de identificación: asimetría ya que el par de pendientes siempre se compone de dos elementos diferentes; las telas que se dan a las joyas siempre están recubiertas de telas antiguas o de edición limitada; son todas piezas únicas porque cortando siempre los tejidos en diferentes partes se crea una pieza única e irrepetible. Nuestras colecciones quieren contar las historias y las culturas del mundo a través de un objeto para vestir, teniendo en cuenta que se fabrican rigurosamente en Italia en todas las partes de la producción.
¿Cómo está organizada su empresa?
El motor de todo somos mi madre y yo, seguidos de una serie de colaboradores y profesionales. Cada proyecto siempre se comparte y luego pasa a las diferentes fases, desde la creación hasta la realización hasta la venta. Han sido seis años exigentes pero estamos muy satisfechos con los resultados que poco a poco vamos consiguiendo. Hoy contamos con cuatro tiendas insignia, dos en Milán, dos en Roma y 480 puntos de venta distribuidos por toda Italia. Y donde no estemos físicamente presentes, pueden encontrarnos a través de nuestro portal e-shop. También estamos presentes en las librerías de varios museos.
¿Cuántas colecciones haces cada año?
Cada temporada creamos hasta seis colecciones para el mercado y otras cuando nos lo solicitan para eventos especiales, como es el caso de la colección "The Circle" que se presentó oficialmente en la exposición "Ottocento in Collezione - From Macchiaioli to Segantini" celebrada en los salones del Castello Visconteo Sforzesco de Novara del 20 de octubre de 2018 al 24 de febrero de 2019.
También habéis lanzado recientemente una nueva línea llamada “In Lebole” que nos recuerda un eslogan de los años 60: “Tengo debilidad por el hombre In Lebole”.
Sí, era un eslogan de marca creado por mi abuelo. El principio es el mismo, crear una marca capaz de combinar producción industrial y cultura para ofrecer al mercado un producto repetible y para un público contemporáneo, cada vez más influenciado por las imágenes. La peculiaridad de esta colección "El Circo" es que los pendientes están hechos con cápsulas planas, utilizadas para los tapones de las botellas de vino espumoso y champán, y luego impresas en hojalata de latón galvanizado. He aquí pues pendientes con imágenes sobre medallas planas, finas y muy ligeras, representaciones de detalles de obras de arte pero también de perros, gatos, flores, el ojo del amor, signos del zodiaco, ciudades, mariquitas, croissants y tréboles de cuatro hojas.
¿Próximos pasos?
Seguir haciendo lo que nos gusta, porque se pueden abrir muchos escenarios nuevos a partir de un juego apasionante y una idea original.
