Era la última obra del catálogo de la venta vespertina de Arte Contemporáneo de Sotheby's, celebrada en Londres y hasta ese momento todo marchaba según las previsiones, pero de repente salta una alarma en la sala y muchos piensan que era la alarma de incendios, en cambio, fue un verdadero giro.
Y mientras el subastador y sus ayudantes observan la escena aparentemente sorprendidos: un hombre con boina intenta salir pero es detenido por el personal de seguridad de Sotheby's. Uno se pregunta si no fue realmente el artista al que nunca se ha visto hasta la fecha, ni se conoce su verdadera identidad. ¿Será él? Ya que parece que de inmediato reivindicó esta sorprendente actuación en su perfil de Instagram. Al fin y al cabo, como sabemos, el artista siempre ha estado en contra de la comercialización de sus obras, de hecho prefiere colocarlas en las paredes como verdaderos mensajes sociales.
Uno se pregunta, sin embargo, cómo no se dieron cuenta del mecanismo insertado en el cuadro que, con el sonido del martillo del batidor, desencadenó la destrucción de la obra, colocada muy cerca.
Pero también hay que decir que de una obra completa pasan ahora muchas más para componer la original. Veremos si habrá aún más coleccionistas que se conformen con una sola tira.
Sin embargo, la actuación es digna de la singularidad de la que goza el artista y escritor inglés, considerado uno de los máximos exponentes del street art.