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Australia, demasiado showrooming y el tendero espeta: si no compras nada, igual pagas 5 dólares

Es la nueva tendencia, favorecida también por la expansión del comercio electrónico y las comparaciones de precios en internet: entrar en una tienda solo para mirar los productos y estudiar sus precios - Pero en Australia una tienda de comida sin gluten ha dicho basta: desde febrero , o compras o pagas 5 dolares de todos modos.

Australia, demasiado showrooming y el tendero espeta: si no compras nada, igual pagas 5 dólares

¿Cuántas veces entramos en una tienda y no compramos nada? A menudo, y ciertamente de buena fe. Pero en cambio hay quienes lo hacen casi siempre y por "profesión": son los seguidores de los llamados “showrooming”, o más bien el síndrome del showroom, de mirar sin comprar, o más concretamente de investigar -incluso haciendo fotos y vídeos- los productos y precios de una cadena para compararlos con los de la marca competidora y luego elegir dónde y qué comprar.

Una actitud legítima, pero que para algunos comerciantes empieza a ser detestable: los clientes de Celiac Supplis, una tienda en las afueras de Brisbane, en Australia, donde se venden alimentos sin gluten, lo saben desde el 1 de febrero. No más curiosos o perdedores de tiempo, pero de ahora en adelante solo compradores realmente interesados: si no compras nada, igual pagas la entrada de 5 dólares australianos, equivalente a 4 euros.

Esto se explica por un gran letrero tan pegado a la ventana que ahora podría establecer un estándar en otras partes del mundo: “Con demasiada frecuencia sucede que las personas usan esta tienda para mirar nuestros productos y luego comprarlos en otro lugar. Estas personas desconocen que nuestros precios son más o menos iguales a los de la competencia y que vendemos productos que rara vez se encuentran en otros lugares”. Muy claro, pero es igualmente claro que la práctica de la comparación de precios siempre ha existido y se está extendiendo con Internet.

Después de todo, se llama comercio electrónico: encontrar todos los precios en línea, compararlos, buscar descuentos y ofertas e incluso comprar directamente en línea. Entonces, ¿qué quedará de las queridas tiendas antiguas, si ahora para compensar la frustración del comerciante también será necesario pagar la "tasa de entrada", como sucede en Brisbane? Según los economistas, hay dos soluciones: fidelizar clientes con tarjetas que traen beneficios, como ya se usa mucho en la gran distribución alimentaria, o diversificar los puntos de venta para que sean cada vez más puntos de contacto, con funciones diferentes en cada momento y que no son precisamente las de vender sino también las de exhibir , promoción, asesoramiento.

Sí, porque después de todo, incluso el propio showrooming puede verse como un recurso: todo se puede comprar en Internet o en cualquier otro lugar, pero sin lugares físicos en los que convencer a un cliente, ningún comerciante puede estar seguro de haber vendido todo lo posible.

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