La junta de accionistas de Alitalia aprobó el presupuesto de 2013 -cerrado con una pérdida de 569 millones de euros- y, sobre todo, dio luz verde a la ampliación de capital de 250 millones necesaria para cubrir las pérdidas de los últimos meses, condición indispensable a la vista del acuerdo con el que Etihad debería hacerse con el 49% de la empresa, salvándola de la quiebra. Las decisiones de la junta fueron confirmadas por un accionista que salía de la reunión, que duró más de cinco horas.
Mientras tanto, a pocos minutos de la conclusión de la reunión, Alitalia había emitido una nota en la que reafirmaba "la eficacia de los acuerdos del 16/17 de julio" con la CGIL y la CISL, destacando "cómo la cohesión y el intercambio de opciones por parte de todos los sindicatos son esenciales para la culminación exitosa de los acuerdos con Etihad”.
Los convenios en cuestión se refieren a la aplicación del contrato nacional para el sector y contemplan recortes de nómina para obtener importantes ahorros a finales de año (aproximadamente 30 millones). Han sido “firmados por el 65% de los representantes sindicales –continúa la nota–, por lo que son efectivos y exigibles en relación con todo el personal y vinculan a todas las organizaciones sindicales que han suscrito los convenios interconfederales. Sin embargo, cabe señalar que el 85% de los que votaron expresaron su consentimiento explícito a los acuerdos”.
En este caso Alitalia se refiere al referéndum convocado por la CGIL y CISL entre los trabajadores, convocados para expresar su opinión sobre los acuerdos. La consulta no alcanzó el quórum, pero ello no compromete la validez de los acuerdos alcanzados. En el frente sindical, el verdadero problema de la empresa es más bien la posición de Uil, que se niega a firmar y tacha el referéndum como "una farsa".
