"La incertidumbre política y la lenta recuperación del sector bancario representan riesgos a la baja para el escenario de crecimiento”. Lo escribe la Comisión Europea en el nuevo informe sobre las finanzas públicas de Italia.
Bruselas confirmó las estimaciones publicadas hace tres meses sobre la evolución del PIB italiano: +0,9% para este año y +1,1% para 2018. En ambos casos, nuestro país se encuentra en último lugar tanto a nivel de la Eurozona como teniendo en consideración a toda la Unión Europea.
Al igual que los de Francia y Alemania, el crecimiento italiano será inferior a la media de la UE en ambos años, pero en 2017 será el único que no alcance ni siquiera el 1%.
Sin embargo, los números de la Comisión no coinciden con los calculados por el gobierno Gentiloni, que en la última Def pronosticó +1,1% para este año y +1% para el próximo.
En cuanto a los saldos de las finanzas públicas, las estimaciones europeas se han revisado al alza respecto a las de mediados de febrero también gracias a la maniobra de 3,4 millones sobre el déficit estructural de 2017 con la que el Gobierno italiano implementó las peticiones del ejecutivo de la UE.
Para el déficit en términos nominales, Bruselas espera un 2,2% este año y un 2,3% el próximo (2,4% y 2,6% respectivamente en febrero, pero 2,1% y 1,2% % los del gobierno), mientras que para el déficit estructural la Comisión confirma la expectativa del 2% durante este año (1,5% el gobierno) y ve un empeoramiento al 2,2% en 2018 (2,5% las estimaciones de invierno pendientes), para el que la Def indica un optimista 0,7%.
En cuanto a la deuda pública, tras el 132,6% del año pasado, la Comisión prevé un 133,1% este año (133,3% previsto en febrero, 132,5% los de Def) y 132,5% el próximo (133,2% en febrero, 131,0% en Def).
